martes, 22 de septiembre de 2015

EL JUICIO DE DIOS SOBRE EGIPTO

Dios con todo el detalle le dice al profeta Ezequiel que profetice contra Egipto y contra su rey, contra Faraón, tan en detalle que en cuatro capítulos Dios manifiesta todo su juicio decretado. Hay una causa que Dios manifiesta y es porque fue báculo de caña para su amado pueblo. 

Ezequiel 29: 6 "Y sabrán todos los moradores de Egipto que yo soy Jehová,  por cuanto fueron báculo de caña a la casa de Israel." Israel puso su confianza en Egipto y no en el gran Dios que tenían.

Ezequiel 29: 13-16 "Porque así ha dicho Jehová el Señor: Al fin de cuarenta años recogeré a Egipto de entre los pueblos entre los cuales fueren esparcidos;
14. y volveré a traer los cautivos de Egipto, y los llevaré a la tierra de Patros, a la tierra de su origen; y allí serán un reino despreciable.
15. En comparación con los otros reinos será humilde; nunca más se alzará sobre las naciones; porque yo los disminuiré, para que no vuelvan a tener dominio sobre las naciones.
16. Y no será ya más para la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el pecado de mirar en pos de ellos; y sabrán que yo soy Jehová el Señor."

Egipto hizo desviar el corazón de Israel tras sus dioses, tras su poder dejando a Dios a un lado y nuestro gran Dios es Dios celoso y esta es una de la razones de su terrible juicio.

También decreta su juicio contra Faraón: Ezequiel 31: 18 "¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada. Este es Faraón y todo su pueblo, dice Jehová el Señor."

Ahora, ¿esto que tiene que ver con nosotros? Devocionalmente, Dios nos quiere llamar la atención, que oigamos su voz y no hagamos como hizo su pueblo que lo dejó a un lado y puso su confianza en Egipto y en Faraón antes que al Dios Todopoderoso que hizo maravillas entre ellos. 

Dios no quiere por ningún motivo que pongamos nuestra esperanza, apoyo en un mundo que está maldito, que tiene un juicio ya decretado, una condenación eterna y mucho menos en el príncipe de este mundo, que todo lo que ofrece es destrucción, mentira y una vida ajena de la vida que Dios nos ofrece.

Pienso en una canción que cantamos como iglesia: "Librame Señor, del enemigo, el mundo y su fascinación", para vivir una vida consagrada a él.

No nos dejemos enredar, fascinar, llevar por este mundo.

1 Juan 2: 15-17 "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
16. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
17. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre."

Sigamos el buen consejo de Dios, oigamos su voz y no tengamos que sufrir las consecuencias de desviarnos tras lo que este mundo y su Faraón ofrecen.


Un abrazo.

Jorge Luis.

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