viernes, 17 de octubre de 2014

CRISTO es Dios, nuestro SALVADOR

Ojalá entendiéramos el gran privilegio que tenemos como creyentes en Cristo,  el mismo  Dios, que ha existido desde siempre, esto es innegable. Ese Cristo, el mismo Dios es la cabeza de nuestra Iglesia, que privilegio. Cristo, a través de Su Sangre nos ha salvado, nos ha puesto en su iglesia y nos ha dado el ministerio de la reconciliación. Entendamos y vivamos esto.
 
15El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los  cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los  cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. 21Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. Colosenses  1:15-23
 
Jesucristo ha existido desde siempre, Él es Dios hecho carne, el primogénito de toda creación. Todo lo que vemos y no vemos en el universo fue creado en ÉL, por medio de ÉL y para ÉL. Su existencia es eterna.
 
Y que privilegio tan grande, saber que ÉL mismo es la cabeza de la Iglesia de la cual formamos parte, de la cual somos sus representantes, de quien somos sus embajadores.
 
Nosotros no somos nada, TODA la gloria es de ÉL y para ÉL, esa es la Voluntad de nuestro amado Padre. Ojalá seamos capaces de valorar lo que está pasando en nuestras vidas, considerando el HONOR tan grande que tenemos al ser hechos hijos de Dios, y que de esta manera, con mucha HUMILDAD y entrega, seamos capaces de servir al Dios del Universo, el cual se ha manifestado a través de Cristo y nos ha dejado normas y guías para que sigamos sus pisadas y trabajemos noblemente por la Causa de Cristo, por las almas de los hombres.
 
Ahora, ya siendo hijos de Dios, debemos permitir que su Santo Espíritu trabaje en nosotros a fin de podernos presentar delante de nuestro Dios santos y sin mancha e irreprensibles en todo. Que cantidad de verdades y recomendaciones en este pasaje: 
 
ü  Reconocer la GRANDEZA de Cristo
ü  Entender que Jesucristo es Dios hecho hombre
ü  Sentirnos felices de saber que ÉL es la cabeza de la Iglesia de la cual formamos parte
ü  Valorar el privilegio de que ÉL more en nosotros a través de Su Santo Espíritu
ü  Trabajar arduamente agradeciendo a Dios por ese don inmerecido de hacernos sus hijos.
ü  Tener claro el PRIVILEGIO que tenemos al ser parte integral de la Iglesia del Señor Jesucristo, valorar la labor de embajadores.
ü  Cumplir a cabalidad con la responsabilidad tan grande que tenemos como MENSAJEROS del plan de salvación a la humanidad.
ü  Trabajar arduamente en nuestra santificación. Es la voluntad de Dios.
 
Que bendición tan grande es la de tener la certeza de que Cristo es Dios, nuestro SALVADOR. Que bendición saber que tenemos un Dios ÚNICO, sabio, santo, misericordioso que TODO lo ha hecho a la perfección y lo ha dejado por escrito con los más mínimos detalles para que lo conozcamos y le obedezcamos y para que no tengamos disculpas cuando seamos juzgados a la luz de Su Palabra en el tribunal de Cristo.
 
Dios a través de Su Palabra nos ratifica nuevamente la DIVINIDAD de Cristo.
 
Es importante VIVIR este pasaje, recordando permanentemente cuál es mi papel como creyente, como siervo, como embajador. Enfocándome en lo que me debo enfocar, en las almas de los hombres y en la transformación de la sociedad. Para eso, es necesario trabajar arduamente en mi santificación, aborreciendo TODA forma de pecado.
 
¿ Realmente sabes VALORAR tu condición de CRISTIANO ?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que privilegio ... Gracias