martes, 23 de septiembre de 2014

FIRMES EN LA PALABRA DE DIOS

La siguiente historia se desarrolla en el tiempo de los reyes con Jeroboam, un rey que hizo lo malo ante los ojos de Dios e hizo pecar al pueblo de Dios con la idolatría, aun poniendo como sacerdotes de sus altares a hombres que no eran levitas, en rebeldía total contra Dios.

Le llega un varón de Dios, que profetiza lo que pasará sobre el altar que había hecho Jeroboam en Bet-el: 1 Reyes 13: 1-4 "He aquí que un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá a Bet-el; y estando Jeroboam junto al altar para quemar incienso,
2. aquél clamó contra el altar por palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres.
3. Y aquel mismo día dio una señal, diciendo: Esta es la señal de que Jehová ha hablado: he aquí que el altar se quebrará, y la ceniza que sobre él está se derramará.
4. Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios, que había clamado contra el altar de Bet-el, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Prendedle! Mas la mano que había extendido contra él, se le secó, y no la pudo enderezar."

Dios mismo respalda a este varón de Dios y no permite que el rey le ponga la mano encima, y confirma luego su palabra (ver. 5). luego el rey le dice que ruegue a Dios para que le restablezca la mano y él lo hace y Dios actúa y restaura la mano de Jeroboam.

(ver. 7 - 10) "Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente.
8. Pero el varón de Dios dijo al rey: Aunque me dieras la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan ni bebería agua en este lugar.
9. Porque así me está ordenado por palabra de Jehová, diciendo: No comas pan, ni bebas agua, ni regreses por el camino que fueres.
10. Regresó, pues, por otro camino, y no volvió por el camino por donde había venido a Bet-el."

El varón de Dios se para en la palabra de Dios y no acepta la invitación del rey.

Pero pasa algo desafortunado y fue que se dejo engañar, no persistió en la palabra de Dios. Un profeta  que habitaba en la región supo de esto que había pasado y busca al varón de Dios y también le ofrece que vaya a su casa y coma y beba con él y el varón de Dios le responde como al rey Jeroboam.

Muy bien de parte del varón de Dios, pero pasa lo siguiente: (ver. 18-22) "Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua.
19. Entonces volvió con él, y comió pan en su casa, y bebió agua.
20. Y aconteció que estando ellos en la mesa, vino palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver.
21. Y clamó al varón de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había prescrito,
22. sino que volviste, y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres."

El enemigo es padre de mentira y se sabe la biblia de memoria, pero en eso de biblia que sabe le pone un poco de veneno, un poco de engaño suficiente para hacernos dudar y aun creer, lo que pasa hoy en día con tanta falsa doctrina, falsos maestros y tristemente algunos se han dejado engañar y no retuvieron la sana doctrina, no se pararon firmes en lo que dice la biblia.

El final del varón de Dios no fue muy bueno y la motivación de hoy es a que retengamos la sana doctrina de la biblia por esto seamos fieles a nuestra cita diaria con Dios, discipulemonos, congreguemonos fielmente y permitamos que día a día la biblia sea parte de nuestra vida, teniendo una obediencia absoluta a Dios y no nos dejemos mover de la verdad de Dios que ha sido implantada en nuestros corazones.

Un abrazo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por la motivación a MANTENERNOS FIRMES en lo que Dios nos muestra en su Palabra.