miércoles, 16 de abril de 2014

“BENDICE, ALMA MÌA, A JEHOVÀ"

Una de las herramientas que he escogido para leer la Biblia es ponerle  color a los versos que hablen de un tema específico. La crayola amarilla está destinada para subrayar la alabanza y adoración que debemos tener con Dios por sus innumerables obras y por su esencia misma. 

Casi todos los Salmos están repletos de color amarillo en mi biblia, pero hay un salmo especial que sus 35 versos están decorados del color amarillo del sol; este es el salmo 104.

Este salmo comienza y termina con el mismo mandamiento: “Bendice, alma mía, a Jehová” en los últimos versos el salmista hace su compromiso de cantar a Dios mientras viva, de meditar y regocijarse en Él. La última palabra del Salmo es ALELUYA…..

Este mandato o más bien deseo profundo de adorar a Dios que encontramos al comienzo y al final contiene en los versos internos algunas de las razones por las cuales le adoramos, quisiera escribirles y parafrasear algunas de ellas a continuación:

Te has vestido de gloria y de magnificencia. JEHOVÁ: El que se cubre de luz como de vestidura, extiende los cielos como una cortina, establece sus aposentos entre las aguas, pone las nubes por su carroza, anda sobre las alas del viento; hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros. Fundó la tierra sobre sus cimientos; No será jamás removida, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas. Los montes y los arroyos se formaron ante tu voz, alimentas los animales, las bestias, las aves, los animales domésticos y los humanos que nos saciamos del fruto de sus obras. Dios  hace producir el heno para las bestias, la savia para los arboles y la hierba para el servicio del hombre, Sacando el pan, el vino, el aceite de la tierra. Los animales tienen su habitación: los nidos para las aves, En las hayas hace su casa la cigüeña, Los montes altos para las cabras monteses; Las peñas, madrigueras para los conejos. Hizo la luna para los tiempos; El sol conoce su ocaso. Pones las tinieblas, y es la noche; pones en orden los tiempos: la noche para que salgan las bestias y el día para que trabajen los hombres. ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios, tu presencia da equilibrio, das y quitas la vida, creas y renuevas, la tierra tiembla ante tu presencia.

Ante tal majestad, ante tal poder preguntémonos si nuestra vida comienza y termina con un “Bendice, alma mía, a Jehová cantaré, meditaré y me regocijaré  en Él”

Lee este salmo y meditalo en una profunda adoración a Dios....

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