1.
La escasez de sabiduría
El mundo
actual se jacta de encontrarse en el estadio más elevado del conocimiento de
toda la historia de la humanidad, aparentemente la ciencia moderna enmarca
el universo de discernimiento metódicamente
estructurado, con patrones regulares, razonamiento, experimentación,
construcción de hipótesis, principios, leyes y sistemas organizados. Sin embargo
la realidad para Dios es otra, miremos las características de la sabiduría
humana para el Creador:
I de Corintios 3:19: “Porque la sabiduría
de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a
los sabios en la astucia de ellos.”
Santiago 3:13-15: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por
la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos
y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;
porque esta sabiduría no es la que
desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.”
2.
El deber de orar para suplir esa necesidad
El
ejemplo más hermoso de un hombre sometido a Dios para enfrentar al mundo y
desempeñarse en él es el del Rey salomón, recordemos esta petición tan especial
contenida en II de Crónicas 1:7-13: “Y
aquella noche apareció Dios a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo
a Dios: Tú has tenido con David mi padre gran misericordia, y a mí me has
puesto por rey en lugar suyo. Confírmese pues, ahora, oh Jehová Dios, tu
palabra dada a David mi padre; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo
numeroso como el polvo de la tierra. Dame
ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque
¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande? Y
dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en
tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te
quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y
ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey,
sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria,
como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que
vengan después de ti. Y desde el lugar alto
que estaba en Gabaón, delante del tabernáculo de reunión, volvió Salomón a
Jerusalén, y reinó sobre Israel.”
Siguiendo
los pasos del Rey Salomón y como creyentes debemos ser dependientes y sumisos
al Señor entendiendo que la verdadera sabiduría proviene del cielo y es a Él a
quien debemos orar para obtenerla.
3.
La concesión de Dios
Finalmente
el pasaje estudiado recalca que ante la ausencia de la sabiduría divina, el
único y natural camino es elevar la petición al Señor para alcanzarla y Él la
concederá.
En este
proceso de alcanzar la sabiduría es imprescindible vivir una intima comunión
con nuestro Padre Celestial a través de nuestro Salvador Jesucristo y el
Espíritu Santo navegando en la Palabra a través de sus múltiples facetas entre
las que encontramos entre otras: la lectura bíblica, el devocional diario, el
discipulado, la asistencia a las predicas y enseñanzas y el servicio en la
obra.
Finalicemos
con algunos pasajes claves respecto de la verdadera sabiduría:
Jeremías 9:23-24: “No se
alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el
rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar:
en entenderme y conocerme, que yo
soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas
cosas quiero, dice Jehová.”
Deuteronomio 4:5-6: “Mirad,
yo os he enseñado estatutos y decretos,
como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la
cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos,
pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra
inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos
estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es
esta.”
Proverbios 1:7: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos
desprecian la sabiduría y la enseñanza.”
Santiago 3:17: “Pero la sabiduría que es de lo alto es
primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de
misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.”
Jóvenes,
en algún momento de nuestro andar cristiano puede escasear la sabiduría, si se
presenta ésta falta, la única solución para hallarla es la de entrar en oración
y pedirla a Dios, quien de seguro nos la entregará en abundancia.
1 comentario:
QUE BONITO, lo que no entiendo son esos garabatos en inglés ???
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