sábado, 4 de enero de 2014

¡ A GANAR LA CARRERA !


En Filipenses 3:13-14: encontramos lo siguiente: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”

A lo largo de la Biblia la vida cristiana es comparada con una carrera de atletismo así:

Es nuestro deber esforzarnos por obtener el premio

Nuestra manera de correr debe ser exigente sin ahorrar nada para alcanzar la meta, veamos un pasaje que comprueba que razón de la travesía es correr para ganar:

I de Corintios 9:24: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.

Es una carrera de obstáculos

Como en la una modalidad de atletismo a campo traviesa,  el recorrido de las distancias está lleno de estrechamientos e impedimentos que buscan estorbar a los atletas.

Claramente Dios nos muestra esta situación así:

Gálatas 5:7: “Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?”

II de Timoteo 2:5 “Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.”

Corramos correctamente obedezcamos la verdad y de la mano de Cristo saltemos nuestros temores y dudas internas así como los obstáculos propuestos por la vida, el entorno, los infieles, el mundo y Satanás.

El único objetivo: ganar.

Como vimos en nuestro pasaje guía debemos proseguir a la meta teniendo en cuenta el premio de Dios en Cristo Jesús nuestro Salvador previsto para los vencedores, amando su venida, venciendo la tentación, poniendo nuestra vida en sacrificio si es necesario, viviendo con moderación, soportando la adversidad, ganando almas, y llegando algún día a pastorear un rebaño espiritual o ministrando la Palabra de Dios.

Buenas fórmulas para ganar

El versículo estudiado nos muestra una excelente manera de ganar y es: “olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante”.

Aprendamos del caso de Israel luego de la liberación de Egipto, avancemos  a nuestra tierra prometida y tengamos nuestra mente y corazón en ese objetivo sin que jamás recordemos y extrañemos el inmundo estado de donde fuimos rescatados.

Así mismo en la Palabra encontramos otro pasaje que nos indica como salir victoriosos en el recorrido,  Hebreos 12:1-2: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. ”

Debemos correr libres y ligeros, entendiendo que el pecado y sus consecuencias ya no tienen efecto en nosotros, con los pies en la tierra pero nuestra visión en lo eterno.

El final

Sería maravilloso poder morir o ser arrebatados con un resumen tan sencillo pero completo como el descrito en II de Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.”

Podemos ser soldados probados en la guerra, deportistas consumados y ganadores y creyentes fieles y respetuosos de la doctrina.

Las coronas

Finalmente quiero recordar el mito griego de Dafne y Apolo que derivó en la coronación con laureles en las cabezas del un selecto grupo de guerreros y deportistas en señal de victoria, haciendo referencia directa a las coronas, esta vez entregadas por el Dios vivo y verdadero, que solo alcanzarán los que olvidaron lo que quedaba atrás y se extendieron a lo que estaba delante, prosiguiendo a la meta y obteniendo el premio:

1. La corona de justicia.
2. La corona de vida.
3. La corona incorruptible.
4. La corona de gozo.
5. La corona de gloria.

Jóvenes, ¿nos estamos esforzando por el premio? ¿sorteamos los obstáculos? ¿nuestros objetivos son los mismos descritos en la Biblia para obtener los laureles eternos? ¿aplicamos las fórmulas bíblicas para salir victoriosos?


Que la respuesta a todos esos interrogantes sea: sí. Y que sigamos corriendo para que de la mano del Señor seamos dignos de ser coronados con alguno de esos galardones eternos reservados para los vencedores en Cristo.  

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por esta linda exhortación... Muy edificante

Anónimo dijo...

Que buena enseñanza, gracias por compartirla, se ve que es el fruto de una meditación profunda en la Palabra de Dios... :)

Anónimo dijo...

Gracias!! :)