Hoy quiero compartirles algo sobre lo que significa la
palabra TEMOR… por medio de un ejemplo que me encontre por internet.
En primer lugar tenemos el temor que se puede describir como
estar asustado, tener terror o pánico. Es el tipo de miedo que siente un niño
pequeño de nueve años cuando está volviendo a casa, después de la escuela y, al
volver la esquina para llegar ya al edificio de su hogar y ve, ahí, en medio de
la acera al matón del vecindario. Frente a él se halla un chico de catorce
años, que mide 1’80 m y pesa 77 kgm, y al que le gusta pegar a los pequeños de
nueve años. Cuando este niño vuelve la esquina y ve al matón que le parece un
gigante, el terror y el pánico se apoderan de él. Ese terror se basa en el
reconocimiento del daño potencial que el objeto de ese pánico le puede hacer.
Pero hay otro tipo de temor y se usa la misma palabra para
él; sin embargo, se utiliza con un significado obviamente distinto. Es el temor
de la veneración y de la honra, del respeto. Tomemos de nuevo al mismo niño de
nueve años. Ya no está volviendo la esquina camino a casa y enfrentándose al
matón de la ciudad, sino que se encuentra con sus compañeros de escuela. Han
hecho un viaje de estudios y han ido a Washington D.C. Mientras caminan por las
distintas partes de la Casa Blanca en una visita guiada, de repente, un
funcionario irrumpe en la fila y le dice a este niño: “El presidente de los
Estados Unidos desea hablar contigo”. Inmediatamente, los ojos del niño se
abren de estupor, su respiración se va acelerando y tartamudea:
— ¡¿Quiere hablar conmigo?!
— Sí, contigo; ¿te llamas Billy Jones, no es así?
El niño se llena de temor, pero no es terror. No le asusta
que el presidente de la orden de que salgan soldados y que le apunten a la
cabeza con sus rifles. No, lo que él siente en ese momento es el temor de verse
ante la presencia de algo superior a él en valor y en dignidad. Es el temor de
la veneración, de la honra y del sobrecogimiento.
1PEDRO 1:17… Y si invocáis por Padre a aquel que
sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor
todo el tiempo de vuestra peregrinación;
Mira según el
anterior versículo, Dios un día juzgara nuestra obra (1Corintios 3:13-15) Y habrá perdida
por parte de algunos, como habrá ganancia por parte de otros, pero mira que
Dios quiere que te conduzcas con temor TODO TIEMPO, si ese temor que el niño experimento
cuando le dijeron que el Sr. Presidente quería hablar con el. Te invito a que
le temas a Dios pensando en el día que el juzgara tus obras y NO que le temas
pensando que él te hará algo malo, terrible, o te va a golpear como lo hacia el
niño que abusaba de sus amigos.
Que tengas
una buena semana…
1 comentario:
:)
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