martes, 12 de junio de 2012

¿TEMES A DIOS?


Hoy quiero compartirles algo sobre lo que significa la palabra TEMOR…  por medio de un ejemplo que me encontre por internet.

En primer lugar tenemos el temor que se puede describir como estar asustado, tener terror o pánico. Es el tipo de miedo que siente un niño pequeño de nueve años cuando está volviendo a casa, después de la escuela y, al volver la esquina para llegar ya al edificio de su hogar y ve, ahí, en medio de la acera al matón del vecindario. Frente a él se halla un chico de catorce años, que mide 1’80 m y pesa 77 kgm, y al que le gusta pegar a los pequeños de nueve años. Cuando este niño vuelve la esquina y ve al matón que le parece un gigante, el terror y el pánico se apoderan de él. Ese terror se basa en el reconocimiento del daño potencial que el objeto de ese pánico le puede hacer.

Pero hay otro tipo de temor y se usa la misma palabra para él; sin embargo, se utiliza con un significado obviamente distinto. Es el temor de la veneración y de la honra, del respeto. Tomemos de nuevo al mismo niño de nueve años. Ya no está volviendo la esquina camino a casa y enfrentándose al matón de la ciudad, sino que se encuentra con sus compañeros de escuela. Han hecho un viaje de estudios y han ido a Washington D.C. Mientras caminan por las distintas partes de la Casa Blanca en una visita guiada, de repente, un funcionario irrumpe en la fila y le dice a este niño: “El presidente de los Estados Unidos desea hablar contigo”. Inmediatamente, los ojos del niño se abren de estupor, su respiración se va acelerando y tartamudea:

— ¡¿Quiere hablar conmigo?!

— Sí, contigo; ¿te llamas Billy Jones, no es así?

El niño se llena de temor, pero no es terror. No le asusta que el presidente de la orden de que salgan soldados y que le apunten a la cabeza con sus rifles. No, lo que él siente en ese momento es el temor de verse ante la presencia de algo superior a él en valor y en dignidad. Es el temor de la veneración, de la honra y del sobrecogimiento.

1PEDRO 1:17… Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;

Mira según el anterior versículo, Dios un día juzgara nuestra obra (1Corintios 3:13-15)  Y habrá perdida por parte de algunos, como habrá ganancia por parte de otros, pero mira que Dios quiere que te conduzcas con temor TODO TIEMPO, si ese temor que el niño experimento cuando le dijeron que el Sr. Presidente quería hablar con el. Te invito a que le temas a Dios pensando en el día que el juzgara tus obras y NO que le temas pensando que él te hará algo malo, terrible, o te va a golpear como lo hacia el niño que abusaba de sus amigos.



Que tengas una buena semana…





1 comentario:

Anónimo dijo...

:)