domingo, 19 de febrero de 2012

SIRVIENDO EN EL DESIERTO

“Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud”. Mateo 14:19.

En esta oportunidad los discípulos están con Jesús en lugar desierto y apartado de la ciudad de Betsaida y aproximadamente una multitud de 5000 hombres sin contar a las mujeres y los niños los están siguiendo para ser sanados y escuchar a Jesús.
Luego entrada la noche los discípulos le dicen a Jesús que los despida para que busquen alimento y “Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer” (Mateo 14:16).

Esta porción me retaba a lo que quiere Dios de nosotros como Hijos suyos, que alimentemos a los que lo necesiten. En ese momento los discípulos están cansados y no han comido (Lucas 6:31) y el Señor les dice que les sirvan ellos mismos, a pesar de su cansancio y hambre los anima a alimentar a una multitud enorme casi 416 personas por discípulo si se divide proporcionalmente por cada uno de ellos.

Me impactó la forma en que lo hace:

* Debe haber calma, paz, quietud, orden para que el milagro se de, los recuesta sobre la hierba y esto me hacía pensar en que debemos estar en paz con Dios antes de que el obre de forma grande en nuestras vidas, debemos confesarle nuestros pecados.

* Lo poco que había lo llevaron a Jesús y él lo que hizo fue mirar a Dios, así debería suceder con nosotros, lo mucho o poco (dones, talentos, habilidades, recursos) que tenemos debemos ponerlo delante de él, dedicárselo  y pedirle que lo bendiga.

*Luego Jesús le dio los panes a los discípulos y los discípulos a la multitud, y esto me enseñaba  que no podemos dar nada de lo que no estamos recibiendo, debemos permanecer en la palabra para poder alimentar así a otros con el alimento que Jesús nos da.

Este es un llamado al servicio a pesar del cansancio,  las limitaciones de dinero (ya que el que tenían no alcanzaba para tanto pan) o recursos, a confiar en que Dios de lo poco hace mucho y a servir no solo a uno, sino a cientos, a personas tal vez groseras, malgeniadas, con antecedentes, personas difíciles, pero esa tarde Jesús les enseño que lo fácil es dejarlos ir y que es mucho mejor alimentarlos nosotros. A alimentar en el desierto y recibir de ese alimento en el desierto.

JESÚS LES DIJO: NO TIENEN NECESIDAD DE IRSE; DADLES VOSOTROS DE COMER.

Abrazos, buena semana para todos.

2 comentarios:

Ministerio de Jovenes LBDBUC dijo...

Muy desafiante!! Que en el cansancio recibamos la fuerza que solo puede provenir de Dios para servirle!! ani rey de rojas

Anónimo dijo...

A veces el cansancio nos agobia y escojemos la salida fácil.....Huir , pero es mas gratificante tomar fuerzas en el Señor y continuar llenos de fortaleza.

Jakelin-Arauca