martes, 21 de febrero de 2012

UNA ORACIÓN ESPECIAL

SALMO 119:33-40 “Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón. Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad. Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia. Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino. Confirma tu palabra a tu siervo, Que te teme. Quita de mí el oprobio que he temido, Porque buenos son tus juicios. He aquí yo he anhelado tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia”.
Muchas veces se piensa que no es bueno pedir por nosotros mismos, pero al respecto, el tema es que no debe ser nuestra única oración. Siempre debemos orar prioritariamente por otros, por el reino de Dios, por las almas de los hombres, pero adicionalmente no debemos descuidar el orar porque Dios obre en nuestro carácter y nuestro ser conforme a su voluntad. Es el ejemplo de David en esta oración tan íntima del Salmo 119 que cautiva el corazón de Dios.

A veces pedimos para nosotros, cosas, situaciones, decisiones, etc… pero hoy Dios nos enseña que para nosotros debemos pedir por aspectos muy íntimos de nuestro ser para que todos ellos vayan en sintonía con la Palabra de Dios. Veamos:

- David abre su corazón a disponerlo pidiendo para que Dios le enseñe la Palabra

- También le pide a Dios entendimiento, entrega su mente a Dios para que sea afirmada conforme la Palabra de Dios para poderla guardar

- David entrega su corazón a Dios, adquiriendo el compromiso ante Dios que cumplirá la Palabra de todo corazón

- David entrega su voluntad, pidiendo en oración que Dios incline, es decir, vuelva un hábito constante su corazón a la Palabra de Dios para que sea llenado completamente y nunca necesite de nada mas (nunca experimente la avaricia). Acá se comprende la avaricia como el estado de insatisfacción del creyente, al no experimentar una vida plena con lo que Dios nos permite, como consecuencia de no habituarse a estar en la Palabra de Dios.

- Luego David pide a Dios enfoque. Que abra los ojos para que no se enfoquen en lo que el mundo le ofrece sino que se enfoquen en el avivamiento que viene de la Palabra de Dios. David aquí confía en la energía de la palabra de Dios y no en lo que ofrece el mundo para seguir adelante.

- David pide a Dios además que le quite el oprobio (vergüenza), lo cual teme, David teme fallar a Dios, teme pecar, y además reconoce que su Palabra es Buena. Muy seguramente David ya comprendía lo que era sentir verguenza y carga de conciencia ante pecar y quería evitarlo a toda costa.

Notemos que todas las peticiones de David son para estar afinado o a tono con la Palabra de Dios. Qué tremendo desafío para orar… ¿ Estamos orando a Dios para que todo nuestro ser esté acorde con la Palabra de Dios?...

Que tengas un día lleno del Señor!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias!!