lunes, 21 de noviembre de 2011

JEHOVÁ MIRA LOS PECADOS... PERO EN ÉL HAY PERDÓN DE LOS MISMOS

(Salmos 130:3) “JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado.

Hace unos días en mi devocional me encontré con esta bonita promesa que nos hace Dios. Qué bueno recordar que Dios no mira nuestros pecados, sino mira nuestro corazón y si ve, que en él hay arrepentimiento, nos perdona. Qué bueno también recordar la gran misericordia de Dios, quien sabe de antemano que le vamos a fallar, y por eso está dispuesto siempre a perdonarnos.

Este pasaje me hacía recordar algunos pecadores famosos de la Biblia. En primer lugar David, quien probablemente escribió este salmo. Falló terriblemente, pero Dios vio su corazón arrepentido y lo perdono. Está también el rey Manases, a quién la Biblia describe como uno de los hombres más malvados y despiadados que ha pisado la tierra, pero que antes de morir se arrepintió y fue perdonado y con su actitud, Dios fue reverenciado.

(2 Crónicas 33:12-13) “Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración, y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios”.

También vino a mi mente Nabucodonosor. Un hombre igualmente malvado en extremo, que a tiempo supo arrepentirse y Dios al igual que a los demás supo escucharlo.

(Daniel 4:34, 36-37) “Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia”

Tal vez una de las características más sobresalientes de Dios es su infinita misericordia, y hoy una vez más no la hace notoria. Con toda seguridad tú y yo vamos a fallarle a Dios, pero él promete no mirar nuestros pecados, sino mirar nuestro corazón. La clave está en arrepentirte de corazón, porque entonces así como lo hicieron David, Manasés y Nabucodonosor lo estarás glorificando y reverenciando.

Un abrazo………

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Dios por tu infinita misericordia.
Gracias por este mensaje.

Anónimo dijo...

:)

Diego Julian Pena Ibanez dijo...

Podemos enganar a todas las personas sobre la faz de la tierra, pero NUNCA a Dios, el todo lo ve, todo lo oye, todo lo sabe y conoce perfectamente nuestro corazon.
Muchas Gracias.