martes, 18 de octubre de 2011

BIENAVENTURADOS

MATEO 13: 16-17 “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron”.
Hace unos meses dentro del equipo de brigadistas al que pertenezco en la empresa donde trabajo, nos hicieron un entrenamiento de campo que consistía en vendarnos los ojos y caminar por una serie de obstáculos a lo largo de una finca recreacional, uno detrás de otro, siguiendo una fila en la cual éramos como diez compañeros de trabajo. El reto era pasar todos los obstáculos vendados, sin separarnos de la fila y solo dependiendo de los ojos del primero de la fila y de las instrucciones que nos daba con su voz el compañero que teníamos adelante. En esta experiencia pude valorar grandemente los ojos que Dios me dio, la posibilidad de ver. Este ejercicio duró como dos horas, solo dos horas y me pareció una eternidad. Cuánto extrañé mis ojos.
En este pasaje recordaba esa experiencia y el hecho de contar con la posibilidad física de ver obviamente como dice la Palabra de Dios, me lleva a ser un hombre bienaventurado. Igualmente por tener dos oídos y poder escuchar, me lleva a ser bienaventurado. Poder escuchar el canto de las aves, el sonido de la música, poder escuchar la voz de mi esposa, mi hijo, los seres que amamos, esto es ser bienaventurado.
Mucho más allá de lo bienaventurados que somos por los ojos y oídos físicos, está lo bienaventurado que somos por los ojos y oídos espirituales. Y es este el punto que el Señor Jesús quiere hacer énfasis en este pasaje de la Biblia. El hecho de poder ver y oír claramente su palabra como hijos de Dios nos hace verdaderamente BIENAVENTURADOS. El hecho de poder andar dependiendo de los ojos y oídos espirituales que Dios nos permite a través de su Palabra para poder caminar por la vida, una vida llena de obstáculos pero con la guía segura y victoriosa del Señor.
Además el hecho de poder tener toda la Palabra de Dios completa, es un aspecto que nos hace muy afortunados, incluso por encima de lo que pudieron oír y ver los profetas y grandes hombres de Dios que conocemos en el Antiguo Testamento.
De manera que si somos hijos de Dios, es decir, si hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador, al confesarnos delante de Dios como pecadores, y declarar de corazón y con nuestra boca que Dios lo envió a morir en la cruz por nuestros pecados y que Jesús resucitó venciendo nuestro pecado, dando la victoria y si lo invitamos a morar en nuestro corazón recibiendo esa salvación, esa victoria de Cristo en nuestra vida, somos BIENAVENTURADOS porque podemos VER y OIR s Palabra (si no has recibido a Cristo aún te animo a que lo hagas).
Hay mucha gente aún en el mundo que tiene que trata de entender la Palabra de Dios con parábolas… nosotros los BIENAVENTURADOS que tenemos a Cristo en el corazón, debemos compartir el evangelio de Jesús para que muchos más sean igualmente bienaventurados.

Que tengas un día lleno del Señor!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen mensaje...me gustó y me enseñó mucho! Gracias Dios por mi cuerpo entero, que aunque tenga defectos y enfermedades, tiene la esperanza de la vida eterna...!