miércoles, 2 de marzo de 2011

UN DESAFIO A HABLAR CLARO


Como creyentes debemos aprender a ser claros en el momento de hablar. Si tienes algo que decir, piensa muy bien la forma como lo vas a expresar de tal manera que tus oyentes no tengan la más mínima duda en cuanto a aquello que quisiste decir.

Si te preguntan algo, sea cual sea la clase de pregunta; responde a lo que te están preguntando de tal forma que tu respuesta no dé lugar a confusiones o malos entendidos. Si por alguna razón no llegas a entender lo que te están preguntando, te animo a pedir el favor de que te aclaren aquello que quieren que tu les respondas.

A que vamos con esto que comentamos. El no ser claros al momento de hablar (lo que sea) da lugar a que la mentira se apodere de nuestra vida.

He tenido tres días seguidos escuchando a dos hombres hablando cada uno de su propia versión en términos que ni ellos mismos se entienden. Hemos pedido aclaren cada cosa que han dicho, y en vez de hacerlo han enredado mas estas situaciones.

Al no ser claros ni el uno ni el otro y al haber tantas contradicciones en lo que afirman de manera variable, ha llevado esta situación al límite; a tal punto que tanto el uno como el otro han salido seriamente afectados.

No permitas que tu manera de hablar, tu forma de hacer uso de este miembro tan pequeño y sutíl como lo es lengua, termine llevando tu vida al límite.

Efesios 4:25 - Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo;

Que nuestro Si sea Si, y nuestro No sea No.

Nos vemos mañana,

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