viernes, 16 de julio de 2010

El lenguaje del amor de Dios



Ofrezco mis disculpas por la no publicación de la entrada el día viernes, estaba en Cúcuta de misiones y no alcance a buscar un Internet para escribirlo. Aquí va la de hoy que tiene que ver con una experiencia en mi viaje a misiones a Cúcuta de la semana anterior:

Hoy quiero aprovechar la entrada para hablarles de un nuevo amigo que tengo, se llama Fernando, es un joven de unos 22 años, que a la edad de cinco años se cayo de un árbol, se pego en la cabeza (tiene una pequeña deformación en su cráneo), esta caída le ocasiono la perdida del sentido del oído y del habla, este joven es sordo mudo, perdió a su madre a temprana edad producto de un infarto y vive con su padre, un empedernido jugador de cartas, billar y amante de las mujeres, en fin, así como gana trabajando de mesero, todo se gasta.

Así que mi amigo Fernando le toca salir a las calles a buscar su sustento, en verdad lo que hace es repartir unos papeles donde cuenta su discapacidad y pide una colaboración de dinero a las personas, tal vez puedas estar pensando que es una historia creada para pedir dinero, pero veo en sus ojos que lo que me cuenta es verdad.

En medio de la comunicación nos paso algo curioso, un hombre se nos acerco al vernos como nos comunicábamos y con señas nos ofreció comida gratis en el puesto de comida callejero en el que estábamos, Fernando le respondió que gracias pero que no pedimos comida, fue algo bien chistoso, yo casi le acepto, jajaja mentiras, estaba lleno.

Con Fernando duramos hora y media, iba a decir hablando pero la palabra correcta es comunicándonos, haciéndolo por señas, por lectura de labios, en fin por cualquier medio posible para que nos entendiéramos, fue así como conocí de sus padres, hermanos, de su hija y un divorcio encima, conocí de su mundo, conocí un poco de la vida oscura de los que piden en las noches en Cúcuta para gastar en vicio, en fin se nos paso la hora a lo que inicialmente fue un pequeño saludo, en medio de una lluviosa noche en la ciudad de Cúcuta.

Se preguntaran y que paso con Dios en medio de esta charla? Bueno pues fue bonita la oportunidad que Dios me dio de compartirle a este hombre de Jesucristo y con mis manos y haciendo extrañas señas le pude contar lo que Dios hizo en mi vida y lo que Jesús hizo por el mundo perdido para salvarlo, Fernando mostró un pequeño interés pero al poco tiempo ya me estaba preguntando por otras cosas, pero bueno me sentí feliz por este tiempo que pase con Fercho, no me importo que me estaba trasnochando, me sentía contento y muy pensanitvo de la experiencia.

Los últimos minutos antes de despedirnos fueron de un curso intensivo y ultrarrápido de algunas palabras en el idioma de los sordo mudos, creo que no olvidare la gran mayoría de estas señas, para finalizar nos hicimos la seña de amigos y nos despedimos y yo me fui a casa orando por este hombre.

¿Que cosas aprendí de esta experiencia?

  1. A veces nos quejamos tanto de la vida, de nuestras limitaciones y no nos damos cuenta que alrededor hay gente que se goza la vida (Fernando tenía una actitud “positiva” de la vida) teniendo fuertes limitaciones y nosotros teniéndolo todo nos amargamos por cosas pequeñas.
  2. Podemos compartir el evangelio así no comprendamos el idioma o no podamos hablar, con Fernando me di cuenta de que si somos creativos lo podemos hacer.
  3. Pensaba en tantos sordo-mudos que hay en el mundo y me imaginaba un ministerio para ganar a estas personas, pensaba en lo bueno que sería aprender su idioma.

Bueno tú podrás sacar más conclusiones de esto, por ahora si puedes orar por Fernando, tengo su correo y espero volverlo a ver.

Dios los bendiga y nos vemos mañana sábado en las reuniones de jóvenes, A salvo en la Iglesia y baluarte edificio Solarium

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Chino.

Esto me pone a meditar en muchas cosas.

Un abrazo,

Javier.

Juan J. dijo...

Gracias por compartir esta bonita historia, algunos fuimos sordo mudos en algún momento por que quisimos, pero gracias a Dios existen personas dispuestas a compartir el mensaje de Dios.