miércoles, 7 de octubre de 2009

¿A QUIÉN SERVIRÁS HOY?

“Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre; Y deseará el rey tu hermosura; E Inclínate a él, porque él es tu señor.” Salmo 45:10-11

En este salmo Dios le habla a la iglesia con el deseo de despertar sus sentidos, principalmente su oído y su vista, los que hacen contacto con Su Palabra. Al leer la Biblia Dios hace que podamos “oír con nuestro ojos”, mientras vamos recorriendo cada sílaba y cada palabra. A la vez, Él hace que podamos “ver con nuestros oídos”, mientras Su Espíritu le dice a nuestro espíritu las cosas grandes y eternas que ÉL tiene para nosotros.

Si eres hijo de Dios sabes a lo que me refiero, seguro has escuchado esa voz interior que a veces es muy suave y en otras ocasiones muy fuerte, cuando Dios te está mostrando lo que se propone contigo, con su iglesia.

Luego nos pide que nos olvidemos de nuestro pueblo y de la casa de nuestro padre. Que dejemos atrás la ciudadanía de este mundo y los planes que nos tenía nuestro padre para reemplazarlos por los que tiene nuestro Padre. Ese padre con minúscula es el mismo diablo, según las palabras del Señor Jesús en Juan 8:44, un padre mentiroso, sensual, que actúa para desviarnos del plan de Dios y se comunica con el alma incrédula a través de los placeres de este tiempo y la vanagloria de la vida.

En cambio nuestro Padre con mayúscula, Dios, es El Señor de la Verdad, El Dios que nos sella de hermosura cuando le obedecemos, aborreciendo el presente sistema de cosas y nos inclinamos ante ÉL para hacer su voluntad.

¿A quién servirás hoy? Dios nos anhela, es celoso y se hará a un lado si seguimos sirviendo a nuestra carne. Si el día de hoy lo vas a vivir pensando en tu dinero, en tu reputación, en tus cosas, en seguir encajando muy bien con el modelo de vida que todos persiguen, entonces en la noche estarás varios kilómetros más distante del corazón de Dios.

Por otro lado si te inclinas ante el Rey, el Señor Jesucristo, si tomas la decisión de ser un varón o una mujer de Dios, con Su Carácter gobernando tu ser y moldeando tu personalidad, entonces procederás de otra manera: Vivirás hoy atento a la necesidad de las almas eternas, dispuesto a mostrarles a Tu Señor sin importar si eso implica que te señalen. Las cosas ocuparán un lugar secundario y las personas serán tu prioridad. Sentirás a veces cierta decepción al notar que no encajas muy bien en este lugar y por lo mismo, te hallarás, al final del día, más cerca de Dios, varios kilómetros más cerca de su corazón, en el mismo Cielo, adorando a Jesús y convencido de que el día valió la pena porque fue una buena batalla a favor de lo eterno.

¿A quién servirás hoy?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Serviré a nuestro Padre Dios...
Gracias por esta columna.
Un abrazo y buen día a todos.

Anónimo dijo...

En alguna epoca de mi vida, esta fue una lucha, es por esa razón mi corazón estaba a veces arriba y otras abajo. Hoy puedo decir que de verdad tome la decisión de estimar TODO por basura, por amor a mi Señor Jesucristo.

MAC dijo...

Hola a todos:

Severa prosa espiritual, no se imaginan en que momentos me llegó, justamente es la época de mi vida que por seguir a Cristo renuncié a tantas cosas mundanas y mundanales, no valen la pena y son placeres pasajeros.

Sirvo solo a Dios hoy y siempre y de hecho tiene que ser así, creo que si encajamos perfectamente en esta tierra algo está mal.

Esta semana oré por un consejo y creo que Dios me contestó hoy a través del columnista.

Un abrazo,

MAC