LA FUGA DEL HIJO

2a Samuel 13:37: “Mas Absalón huyó y se fue a Talmai hijo de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días”.

Absalón hijo de David tomó venganza de su propia mano dando muerte a Amnón por causa de la deshonra que este último había provocado a su hermana Tamar.
En este pasaje pienso en el dolor que David sintió por la muerte de Amnón, la deshonra de Tamar y por la fuga de Absalón. Dice la Biblia que David lloraba por su hijo todos los días. Una situación familiar que en esta historia acabó con la vida de una persona. ¿Cuánto significa un hijo en la vida de los padres?... Dios me llevó a considerar a mi madre y el padre que Dios me dio y no pude evitar ver ahora las manos y la cara de mamá llenas de arruguitas, muchas de ellas por esforzarse cada día por trabajar muy duro para que nunca nos faltara amor, comida, protección a mi hermana y a mí. Jóvenes, pensemos actualmente ¿cuánto significan nuestros padres para nosotros? ¿Cuán agradecidos estamos para con ellos? ¿Cuánto los honramos con nuestras vidas, con nuestra obediencia, con nuestros recursos, con nuestros detalles para con ellos?...

Ahora pensemos en Dios Padre: ¿Cómo estamos honrándolo a Él? Ojalá no seamos unos hijos de esos que hace mucho están apartados de Dios. Es posible que nunca lleguemos a comprender el sufrimiento de nuestros padres terrenales (hasta que seamos padres) y mucho menos lleguemos a imaginar el sufrimiento de Dios por nosotros, pero debemos tener presente que somos sus hijos, objetos de todo cuidado, disciplina, guía, protección, sustento, amor de Dios. Él nunca dejará de amarnos. Siempre nos esperó, nos buscó, nos rescató del infierno y siendo salvos nos continuará esperando y animando por su misericordia.

Hay jóvenes que se han “fugado” del ministerio de baluarte o a salvo y ya solo van los domingos a la iglesia. Hay otros jóvenes que se han “fugado” del discipulado y ya no quieren estudiar la Biblia, ya no tienen sed de la Palabra. Hay algunos jóvenes que se han "fugado" de compartir la palabra de Dios al inconverso o se han fugado de asistir fielmente en la oración congregacional o los domingos y van esporádicamente a la iglesia y terminan en una “fuga” definitiva y no regresan más a congregarse terminando en el desierto de la angustia, desenfoque y desesperación como ocurrió con Absalón.

Si tú estás "fugado" del tiempo a solas con el Señor, mucho cuidado. Dios también sufre por nosotros porque es nuestro Padre. El peligro que corremos cuando nos alejamos de Dios no es que Él se canse de esperarnos, sino de que nosotros nos cansemos de oír su voz llamándonos.

Hoy y siempre el Señor Jesús, nuestro amado, está dispuesto a tener una comunión íntima con nosotros, está dispuesto a entrar y enseñarnos a vivir como verdaderos jóvenes de Dios, está dispuesto a levantarnos si estamos caídos así como lo hizo con David y con tantos hombres de la Biblia. Si están caído, quienes hemos tenido la experiencia de caer, hemos aprendido que Dios quiere que acudamos a él para que él nos levante prontamente… Dios no va a tirar abajo la puerta y no va a entrar sin consentimiento de nuestra voluntad. Debemos querer, debemos decidir. La puerta de nuestro corazón solo abre hacia adentro y Jesús nos dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

Gracias Dios porque nunca nos abandonarás y porque siempre nos levantarás y nos esperarás. Que tengas un día lleno de muchas bendiciones y de la fortaleza del Señor!!!