viernes, 18 de mayo de 2018

DIOS SIEMPRE ESCUCHA



Sea cual sea nuestra situación, sea cual sea el lugar, desde donde estemos en la angustia debemos CLAMAR con FE a nuestro Amado Señor, y si lo hacemos con un corazón arrepentido y limpio, ÉL escuchará y responderá. Recordemos la Oración de Jonás:

1Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, 2y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. 3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. 4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo. 5 Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; El alga se enredó a mi cabeza. 6 Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. 7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. 8 Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan. 9 Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová. 10Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra. - Jonás 2:1-10

Definitivamente, para Dios no hay nada imposible, y es lo que nos muestra claramente en la forma milagrosa como resucitó a Jonás ya estando muerto en el vientre de la ballena. Allí estaba su cuerpo, su alma estaba en el Seol, y desde allí clamó, y el Señor lo escuchó y lo levantó y lo trajo de regreso a la tierra.

Así pensemos que estamos destruidos y derrotados, nunca nos debemos dar por vencidos, debemos clamar a nuestro amado Señor y el vendrá a nuestro rescate, para darnos la victoria.

Jonás es un ejemplo muy claro de lo que puede suceder fácilmente en la vida de un creyente cuando desobedece a Dios. Él nos puede llevar hasta situaciones extremas, en donde vemos que ya no podemos más, que todo está perdido, que todo es angustia y desesperación.

Pero cuando reconocemos nuestras faltas y entendemos que le estamos desobedeciendo a Dios, y nos arrepentimos, y clamamos a Él implorando su perdón, reconociendo que nos hemos dejado llevar por la vanidad y el orgullo, su misericordia es grande, y ÉL está ahí, escuchando nuestro clamor y nos puede sacar de cualquier situación por adversa que sea, siempre y cuando estemos dispuestos a cambiar y a obedecerle en todo… ASI ES… COMPROBADO.  

Varias ENSEÑANZAS para recordar y VIVIR:
  • Tener claro que a Dios no podemos desobedecerle, las consecuencias serán muy graves
  • Si hemos fallado, necesitamos reconocer la falla e implorar el perdón de Dios.
  • Orar en cualquier lugar y circunstancia con plena fe
  • Invocar a Dios en todas nuestras angustias
  • Confiar en que Dios nos escuchará cuando le pedimos con un corazón limpio.
  • Llegar a la presencia de Dios limpios y con un corazón agradecido.
  • Nunca dejarnos llevar por vanidades ilusorias que nos arrastran hacia la desobediencia.
  • Tener siempre un corazón limpio ante el Señor para que ÉL nos guie, nos proteja y nos saque de las adversidades.


Dios siempre escucha

1. Cundo todo parece perdido, ahí está Dios, atento a escucharnos si hay FE (Vs 1-6)
2. Cuando hay un arrepentimiento genuino, Dios oye atentamente nuestro clamor (Vs 7-9)
3. Cuando hay promesas de cambio, Dios oye y responde de manera milagrosa (Vs 10)

No podemos dejar de confiar en Dios, sea cual sea nuestra condición, causada casi siempre por nuestra desobediencia. Nos habla un Dios misericordioso, que responde fielmente cuando encuentra un corazón arrepentido.

Realmente es sorprendente ver la forma tan milagrosa como Dios salvó a Jonás, algo humanamente imposible.

Apliquemos esta lección tan preciosa abandonando la vida de pecado, de desobediencia y reconociendo nuestros errores, CONFESANDOLOS con un corazón sincero dispuesto a corregir los malos caminos, callando cuando nos muestren nuestros errores, entregándolos en manos de Dios y esperando que sea ÉL quien nos muestre la forma de corregirlos. Humildad, silencio, humillación.

Fabio

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