Dios pacientemente
nos vive recordando nuestros deberes como cristianos y qué mandamientos tan
contundentes los que nos trae hoy, veamos:
1Permanezca
el amor fraternal. 2No
os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo,
hospedaron ángeles. 3Acordaos de los presos, como
si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados,
como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo. 4Honroso
sea en todos el matrimonio,
y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los
juzgará Dios. 5Sean
vuestras costumbres sin avaricia,
contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; - Hebreos 13:1-5
Dios nos recuerda
muchas cosas que debemos considerar en nuestro día a día como auténticos
cristianos: El amor fraternal, la hospitalidad, los presos, los maltratados, el
matrimonio y el lecho sin mancilla, el alejamiento del adulterio y la
fornicación (No tienen parte en nuestra vida).
El Señor de muchas
maneras y en diferentes lugares de la Biblia nos exhorta a no ser avaros, a
estar contentos con la provisión que ÉL nos da, y a confiar en su promesa de
que ÉL no nos desamparará, ni nos dejará. Dios es FIEL, si nosotros
permanecemos fieles, obedeciéndole en TODO, haciendo las cosas como ÉL nos
manda, todo nos va a salir bien. El plan de Dios no es que vivamos en la abundancia, porque lo más seguro es que nos
vamos a olvidar de ÉL, es una actitud casi natural en el ser humano.
Dios sabe
perfectamente cómo tratar con nosotros. ÉL pone cada recurso en el momento y la
cantidad apropiada de acuerdo a lo que ÉL ve que necesitamos y aún sin
merecerlo nos da mucho más. Nuestra FE debe ser PLENA, confiando y esperando en
que Dios NO se equivoca y que cumplirá fielmente cada cosa que nos haya
prometido. Nuestro deber es obedecerle y dentro de esa obediencia está el no
comulgar con la AVARICIA, estando contentos con nuestra situación. Si tenemos
techo, abrigo y comida, no nos angustiemos ni afanemos por tener más, estemos
contentos con eso.
Es nuestro deber
como cristianos auténticos confiar en la ayuda de Dios, con la plena certeza de
que ÉL no nos abandonará y no permitirá que el mundo nos haga daño. No debe
haber en nosotros ningún temor por lo que los hombres puedan hacernos, nuestra
confianza debe estar plenamente puesta en nuestro Padre celestial.
De verdad que estos
sabios consejos deberíamos pegarlos en nuestras mentes y corazones de una
manera IMBORRABLE:
- Permanecer en el amor para con mis hermanos
- Ser buenos hospedadores
- Acordarme de los presos y de los maltratados
- Darle todo el honor y pureza a nuestro matrimonio
- Entender la justicia de Dios contra los fornicarios y adúlteros
- La avaricia no debe formar parte de nuestra vida
- Debemos estar contentos con lo que tenemos
- Debemos confiar ciegamente, con mucha FE, en que el Señor no nos desamparará, ni nos dejará
- Es necesario DAR GRACIAS a Dios por el privilegio de tener una vida, una familia y una Iglesia como la que tenemos.
- Confiar plenamente en Dios que es mi Ayudador
- No temer a lo que puedan hacernos los hombres, tenemos la PLENA protección de Dios.
Dios nos recuerda nuestros deberes cristianos:
1. El AMOR FRATERNAL debe ser permanente,
siendo buenos hospedadores (Vs 1-2)
2. En nuestras peticiones deben estar siempre
los PRESOS por el pecado y los maltratados (Vs 3)
3. Nuestro matrimonio debe resplandecer en
TODO (Vs 4)
4. Nuestras COSTUMBRES deben estar de acuerdo
a lo que Dios quiere, confiando en su fiel provisión, esperando en ÉL (Vs 5)
Es muy
importante entender nuestros deberes básicos como cristianos y estar contentos
con lo que Dios nos da día a día. Son consejos que vienen de un Dios SABIO y
paciente, muy buen CONSEJERO, CUIDADOR que día a día nos da muchísimo más de lo
que necesitamos y nos merecemos.
Dios me impacta con la forma como ÉL nos invita a cumplir con los
deberes básicos de un cristiano y a no comulgar nunca con la avaricia, sino que
disfrutemos de lo que tenemos AHORA con la plena certeza que ÉL nunca nos va a
desamparar.
Tenemos MUCHO para aplicar en el día a día, siendo más misericordiosos con los demás,
entregándonos más y más, pensando más en los presos y de los maltratados,
predicando y luchando contra el adulterio y la fornicación, quitando de nuestra
mente y de nuestro corazón toda intención de tener abundancia, y disfrutando el
día a día con lo que Dios nos da. Nuestra fe no debe desfallecer y debemos
confiar plenamente en que Dios nunca nos dejará ni nos desamparará.
Fabio
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