sábado, 20 de febrero de 2016

PREFERIDOS POR DIOS: CON UN OBJETIVO CLARO Y BUENAS CONSECUENCIAS

Dios me ha dado la oportunidad inmerecida de exponer su Palabra al Ministerio de Jóvenes, durante este año vamos a estudiar la primera epístola universal de Pedro.

En la reunión de hoy vamos a ver la introducción que se basa en el siguiente pasaje de la Biblia.

I de Pedro 1:1-2
“Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.”

Se estima que Pedro murió en Roma en el año 64 D.C., durante la persecución de Nerón. Esta carta fue escrita desde esa ciudad, es una epístola de carácter universal. Pedro, el hombre áspero, impulsivo y orgulloso que se muestra en los Evangelios y en Los Hechos de los Apóstoles, ha sido transformado por el Espíritu Santo. Es un manual sobre la humildad bíblica y el sufrimiento. La victoria sobre el sufrimiento fue ejemplificada en la vida de Cristo.

Un verdadero hombre de Cristo
El hombre que redactó esta carta no era el Simón Pedro del comienzo, impulsivo y lleno de debilidades, a quien Cristo llamó Simón.

Marcos 14:37
14:37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?

Este era el Pedro, maduro y estructurado que Cristo había profetizado en que se convertiría.

Juan 1:42
1:42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).

Un varón de Dios que se había disciplinado a través de años de sufrimiento y pruebas, en el auge de su crecimiento espiritual completamente fortalecido por el Espíritu Santo.

Creyentes sin tierra
Pedro se dirigía a cristianos separados de su entorno territorial habitual, la iglesia estaba conformada por judíos que conocieron de Cristo y gentiles, muchos perdieron su estatus de ciudadanos romanos y fueron diseminados por la provincias romanas de Asia Menor, en la región de Oriens, los cristianos eran vistos por los romanos como personas hostiles a su cultura. Como resultado de la primera persecución, conocida como la persecución de Nerón comenzaron a vivir fuera de su patria originaria y muchos tuvieron que buscar refugio en las montañas Tauro (actual Turquía) en los asentamientos de Ponto, Galacia, Capodocia, Asia, y Bitinia, a estos los cristianos, Pedro les llama “peregrinos”.

Como en el caso de esos primeros creyentes nuestra verdadera ciudadanía es la celestial.

Fuimos separados del mundo para Dios.

Juan 15:17
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”

Nuestra verdadera patria es la espiritual.

Juan 14:2
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”

Filipenses 3:20
“Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;”

Escogidos para un fin
Pedro recuerda a los creyentes que fueron elección de Dios, en nuestro caso, Dios en su soberanía optó por cada uno de nosotros permitiendo que le conociéramos y que formáramos parte de su familia para cumplir un objetivo determinado.

Juan 15:16
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”

I de Corintios 1:26-29
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.”

El objetivo de esta elección es la obediencia, Pedro se presenta ante estos creyentes recordando la consecuencia que se deriva al ser elegidos por Dios. Es importante resaltar que el cumplimiento de ese deber se torna imperativo en nuestras vidas. El ejemplo más sublime del cumplimiento de la voluntad de nuestro Padre Celestial nos lo dio nuestro Señor Jesús.

Filipenses 2:8
“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”

Hebreos 5:8
“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;”

Abundancia de bendición en nuestra vida
La gracia de Dios tiene varios significados en este caso en concreto hace referencia al don de Dios mediante el cual el creyente puede actuar por encima de las condiciones y circunstancias naturales. En una situación de flaqueza Dios nos da la capacidad de sobreponernos. Con la gracia podemos hacer cosas que irrealizables  en medio de la debilidad. Tenemos un ejemplo claro en el apóstol Pablo.

II de Corintios 12:9
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”

La paz a la que se refiere Pedro en esta carta no es la ausencia de conflicto, falta de problemas, o inexistencia de luchas que promete el mundo, hace referencia justamente al resultado de la comunión con Dios que produce un estado de gozo en medio de la prueba.

No se puede interpretar mundanalmente.

Filipenses 4:6-7
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Implica un corazón tranquilo y sin temor.
Juan 14:27
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” 

Es una forma de dependencia y sumisión para vencer al mundo.

Juan 16:33
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Jóvenes, seamos hombres y mujeres de conformes a la imagen de nuestro Señor Jesucristo, tengamos siempre presente nuestra ciudanía celestial, seamos obedientes y apreciemos la sangre de Cristo, permitamos que abunde la bendición de Dios en nuestra vida.

Nos vemos esta tarde, un abrazo fuerte.

MAC

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