sábado, 27 de febrero de 2016

CONFIANZA EN MEDIO DE LA GUERRA

Volvemos al libro que hemos venido estudiando durante este mes, para esta entrada vamos a hablar del siguiente pasaje.

SALMOS 27:3
“Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.”

El rey David plasma de una manera hermosa que muchos hombres malos se unieron en su contra y gracias a la intervención de Dios no pudieron hacerle daño y fueron derrotados; este pasaje habla principalmente de la confianza que tuvo en el Señor en medio de los conflictos bélicos que enfrentó.

Un cuadro de la esperanza firme que cómo creyentes debemos tener en nuestro Padre Celestial, la plena seguridad en su apoyo en medio de la oposición a su santa obra; y el ánimo, aliento y vigor que nos da para militar por las almas de los hombres.

LA MALDAD ORGANIZADA
Contra el rey David se levantó un conjunto de fuerzas terrestres organizadas cómo unidad integrada por tropas militares, un cuerpo bajo las órdenes de un mando con el objetivo de acabar con él, sus hombres y la obra que Dios ejecutaba.

Satanás y sus hijos son una realidad y se constituyen en enemigos espirituales de nuestro Señor, su obra y la iglesia. 

Son una fuerza ordenada.

Salmos 71:10
“Porque mis enemigos hablan de mí,
Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,”

Buscan acabar con la vida.

Salmos 86:14
“Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí,
Y conspiración de violentos ha buscado mi vida,
Y no te pusieron delante de sí.”

Son cazadores despiadados de almas.

Ezequiel 13:18
“y di: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida?”

UN CORAZÓN SIN MIEDO
David convertido en un hombre de guerra sabía que el temor, ese sentimiento de angustia por un riesgo o daño real o imaginario, podía debilitarlo a él y los soldados bajo su mando.

El mal y los ataques de Satanás son reales, es por eso que nuestra única fortaleza para batallar con un cuerpo débil de carne y hueso es Dios.

La debilidad transformada en fuerza.

I de Corintios 1:27
“sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;”

El poder de Cristo.

II de Corintios 12:9
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”

Ejemplos reales.

Hebreos 11:32-34
“¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.”

LA REALIDAD DE LA GUERRA ESPIRITUAL
La lucha armada entre los bandos del bien y del mal es verdadera antes y después de la creación del hombre y nuestras almas están en juego, es nuestro deber pelear como Dios nos indica en su Palabra.

Es un servicio militar consagrado.

II de Timoteo 2:4
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.”

Es una guerra de fe.

I de Timoteo 6:12
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.”

Contra enemigos poderosos.

Efesios 6:12
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Con armas celestiales.

II de Corintios 10:3-4
“10:3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,”

CONFIANZA EN DIOS
Finalmente David confió en Dios y salió victorioso. Así debe pasar en nuestras vidas hoy y en medio de este conflicto por las almas de los hombres tener en nuestro Señor la plena certeza de la victoria.

Rompe toda la lógica humana.

Salmos 46:1-3
Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah”

No importa el número de enemigos.

Salmos 3:6
No temeré a diez millares de gente,
Que pusieren sitio contra mí.”

No importan sus armas.

Salmos 20:7
“Estos confían en carros, y aquéllos en caballos;
Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.”

Jóvenes, la maldad se estructura y se organiza, nuestro corazón debe estar fortalecido en Cristo en medio de la Guerra espiritual por las almas de los hombres con plena confianza en nuestro Señor.

Un gran abrazo.

MAC

1 comentario:

Anónimo dijo...

=) =) =)