jueves, 18 de febrero de 2016

ALGUNOS APARTES DE ISAÍAS

Pasando anoche por los últimos capítulos del libro de Isaías, El Señor me inquietaba y llevaba a  meditar en mis caminos, en como es mi vida secular y a aplicar devocionalmente lo que les comparto a continuación.

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.” - Isaías 59:1-3

Pensaba en aquellas cosas que hago con mis manos. Analizaba si las mismas están contaminadas de sangre y si mis dedos de iniquidad, pensaba en lo que pronuncian mis labios y habla mi lengua. Pasando por este pasaje varias cosas por meditar y aun decisiones por tomar en lo personal.

Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados: 13. el prevaricar y mentir contra Jehová, y el apartarse de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira.” - Isaías 59:12-13

Me fascina la forma de obrar por parte de Dios en nosotros; entre ellas el hecho de sentir como su Espíritu Santo se contrista cada vez que pecamos. Mis rebeliones atestiguan contra mí, conmigo están todas mis iniquidades y conozco cada uno de mis pecados. Eso me lleva a un arrepentimiento sincero al no querer seguir sintiendo el peso del pecado que se agrava cada vez más sobre mi.

pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos; Isaías 65:3

Qué triste afirmación por parte de Dios. ¡En mi rostro me provoca! Cuanto dolor el de Dios cada que como hijos suyos literalmente le provocamos. Sé que algo está mal, pero aun así lo hago olvidando que los ojos de Jehová están sobre toda la tierra. Leía esta mañana en el blog de Rudy como Dios anhela que tengamos gozo. Él no es caprichoso en el sentido de hacer que sus hijos suframos porque sí. El pecado en nuestra vida trae consecuencias y no podemos menospreciar esta verdad que brota de Su Palabra.

también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.” - Isaías 66:4.

Llamé y nadie respondió. Hablé y no oyeron. Escogieron lo que me desagrada. Gracias al Señor por tiempos como estos, en los que en la intimidad más profunda de nuestra relación con Él, nos lleva a examinar nuestros caminos y a presentarnos delante de Su presencia buscando ser transformados.

Un abrazo y nos leemos mañana,

Javier.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡ Que buena reflexión !!!... Gracias Javi