jueves, 14 de enero de 2016

CONTENTOS CON LO QUE TENÉIS AHORA


Como creyentes toda nuestra confianza y esperanza debe estar en el Señor. No hay algo o alguien diferente a Él en quien podamos descansar plenamente. De esto nos advierte el predicador en el libro de Eclesiastés.

Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios.” – Eclesiastés 5:7.

¿Está mal soñar? ¿Hacer planes en nuestra mente suponiendo que las riquezas se van a aumentar? ¿Poner nuestra confianza y esperanza aún en esas cosas? Miles de Estadounidenses se acercaron esta semana a comprar sus tiquetes de la lotería mas grande en la historia de su país. USD1.500.000.000. Una cifra que nos cuesta convertir a pesos. Viendo las noticias podía sentir este pasaje tan vivo. Gente soñando con ganarse el premio y pensando en la forma en que lo utilizaría. Muchas vanidades y muchas palabras. ¿Qué dice Dios? Mas tú, Teme a Dios.

Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos.  El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.” - Eclesiastés 5:9-12

El mismo rey está sujeto a los campos. Mira el fenómeno del niño. La ciencia no puede hacer cosa alguna para que los cielos destilen su rocío. El ser humano depende plenamente del creador, es por esto que Dios mismo nos pide no amar el dinero poniendo nuestra confianza en el mismo. El ojo nunca se sacia de ver ni el oído de oir. Cuando aumentan los bienes también aumentan los que los consumen. Al rico no le deja dormir la abundancia cuando su enfoque no es el correcto; mientras que el que come mucho o come poco siendo un trabajador fiel, tiene dulces sueños.

Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal; las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano. Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano.” - Eclesiastés 5:13-15.

Si Dios nos da riquezas que disfrutemos de las mismas. Que el dinero no se vuelva ni nuestra meta ni nuestra obsesión en la vida. Recuerda a Salomón. Dios le dijo pide lo que quieras y el pidió tan solo sabiduría. Este es el enfoque correcto en la vida. Temer a Dios y guardar sus mandamientos porque esto es el todo del hombre.

He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte. Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.” - Eclesiastés 5:18-19.

Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso.” - Eclesiastés 6:1-2.

Que no caigamos en semejante situación. Esto es vanidad y mal doloroso como lo dice el pasaje.

Un abrazo y nos vemos mañana,

Javier.


No hay comentarios: