De seguro
muchos de los que asistimos tomamos decisiones, hicimos resoluciones de corazón
y nos comprometimos con Dios en hacer cambios en nuestra vida y hacer cosas que
Dios nos pedía que hiciéramos. Ahora no se necesita solamente asistir a una conferencia
misionera para tomar decisiones y ver claramente lo que Dios nos está pidiendo,
tan solo basta con abrir la Biblia con un buen corazón, asistir a un servicio
dominical o a una clase de discipulado y encontrarnos con el corazón de Dios
para escuchar claramente lo que Él pide de mi vida, y es así como en muchos
casos hemos hecho promesas a Dios que si somos honestos hasta el día de hoy no
las hemos cumplido.
Eclesiastés
5:4 Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se
complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.
Tengo un
cuaderno en donde escribo las cosas específicas que Dios me está pidiendo que
haga o que cambie, ese cuaderno se me convierte en un documento de promesas a
Dios, puedo leerlo fácilmente y recordar mi compromiso con Dios, esto me ayuda
a orar y a depender de Dios. Tengo un gran deseo de cumplirle todo lo que le prometí,
estoy seguro que sin su gracia y mi dependencia a Él no podré hacerlo, por eso
oro y oro con mi firme convicción de que Dios ya me dio la luz verde en aquello
que le prometí y que solo tengo que cumplir.
Quisiera preguntarte
cómo vas con tus promesas a Dios, ¿Será que ya las olvidamos? ¿Perdimos el
temor de cumplirlas? Yo te animo a que recuerdes todo aquello que le prometiste
a Dios y no les has podido cumplir. Cumple lo que prometes, no seamos
insensatos.
No se
imaginan la alegría que siento cuando puedo chulear mi cuaderno ilustrando que
ya está cumplido, me imagino la alegría de Dios al ver que su hijo le cumplió,
yo te animo a que ores a Dios, recuerda las promesas que le hiciste y las
cumplas…
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