Salmos 80:17-18 Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que
para ti afirmaste. Así no nos apartaremos de ti; vida nos darás, e invocaremos
tu nombre.
Jesús es el
varón que se sentó a la diestra del Padre, es el Rey de Reyes, su trono
afirmado para siempre, todo el poder, el honor y la gloria le pertenecen, Él es
la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación, en Él fueron
creadas todas las cosas, todas las cosas en Él subsisten, es la cabeza de la
iglesia y podríamos seguir mencionando más y más características del hijo de
Dios.
Algo que me
llama la atención es que el Salmista profetiza que cuando la mano del Padre sea
sobre el varón de su diestra o más bien el salmista desea que la mano de Dios
se manifieste sobre el hijo de hombre, porque de esta forma podemos estar cerca
de Dios, tendremos vida y la oportunidad de invocar el nombre de Dios.
Wow…..Jesús
El hijo de Dios quien cargo en su cuerpo todo nuestro pecado, recibió todo el
castigo que merecíamos, Jesús cuyo trono es FIRME e inconmovible es el que permite que yo, un simple pecador
pueda llegar al trono de gracia para invocar el nombre de Dios y tener la
esperanza de la vida eterna.
La aplicación
práctica de la entrada de hoy es muy sencilla: La mano de Dios fue sobre su
hijo Jesús para salvación y bendición de la raza caída. Las preguntas que nos
haríamos serían
1. ¿Por qué te apartas de Dios? Jesús lo hizo todo para que no nos
apartáramos del Padre
2. ¿Tienes vida? Podemos pensar en
la vida eterna y también en la vida abundante que se encuentra en hacer la
voluntad de Dios. Nuevamente ¿Tienes vida?
3. ¿Invocas el nombre de Dios? Jesús dio su vida para que tú y yo
pudiéramos llegar al Padre en oración, para que pudiéramos alabarle y buscar su
ayuda. ¿Lo haces?
Nunca olvides
lo que Jesús hizo por ti, ahora tienes su compañía, la vida y el acceso
directo.
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