PRUDENTES COMO SERPIENTES Y SENCILLOS COMO PALOMAS

Siguiendo en el estudio del evangelio de San Mateo, en el capítulo 10 versículos 16 al 25, Jesucristo hablando a los doce apóstoles les hace saber que serán objeto de persecuciones parte de los incrédulos y sus instituciones quienes aplicarán una justicia imperfecta de manera implacable; específicamente en el versículo 16 nuestro Salvador a través de la comparación con cuatro animales nos muestra como conducirnos en el mundo y protegernos de él.

10:16 He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

Somos ovejas de Dios.

Después de nuestra salvación formamos parte del rebaño de los santos y Jesucristo en nuestro pastor. Verdad confirmada en los siguientes pasajes:

* Salmo 79:¹³: “Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas.”

* Salmo 95:⁷: “Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz,…”

* Salmo 100:³: “Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.”

* Ezequiel 34:³¹: “Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.”

* Hebreos 13:²⁰: “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,…”

Nos encontramos en medio de mundo de lobos.

De la misma forma que en la naturaleza salvaje seremos atacados por depredadores naturales que a toda costa querrán destruirnos y consumirnos para impedir nuestro trabajo para el Señor, como lo demuestran los siguientes pasajes:

* Génesis 49:²⁷: “Benjamín es lobo arrebatador;  A la mañana comerá la presa, Y a la tarde repartirá los despojos.”

* Ezequiel 22:²⁷: “Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas.”

* Sofonías 3:³: “Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.”

* Mateo 7:1⁵: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.”

* Hechos 20:²⁹: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.”

Debemos comportarnos como serpientes y palomas y sus características.

Finalmente Jesús nos da pautas para comportarnos en medio de ese ambiente hostil a través de la imitación de la serpiente y la paloma.

En primera medida se nos aconseja actuar como la serpiente en un aspecto benévolo y es con prudencia, lo cual está confirmado en la Biblia así:

* Proverbios 13:¹⁶: “Todo hombre prudente procede con sabiduría; Más el necio manifestará necedad.”

* Proverbios 16:²¹: “El sabio de corazón es llamado prudente, Y la dulzura de labios aumenta el saber.”

* Tito 2:²: “Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.”

* Tito 2:⁶: “Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;”

Finalmente se nos aconseja actuar como paloma con sencillez como lo corroboran las Escrituras así:

* Salmo 116:⁶: “Jehová guarda a los sencillos; Estaba yo postrado, y me salvó.”

* II de Corintios 1:¹²: “Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.”

* Efesios 6:⁵: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;”

* Filipenses 2:¹⁵: “… para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;”

Jóvenes somos hijos de Dios en medio de un territorio gobernado por Satanás y sus hijos; actuemos con prudencia y sencillez para no ser atacados por los lobos y poder cumplir con la misión que nos ha sido encomendada.