Estando reinando
Asa sobre Judá, hizo lo recto ante los ojos de Dios, pero le llegó la prueba de
fuego. Salió Zera, rey de Etiopía, con un ejército de millones que se dispuso en
batalla contra Asa rey de Judá. Este rey hace una oración a Dios y de ella podemos
aprender muchas cosas:
2 crónicas 14:11 “Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh
Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no
tiene fuerzas. Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y
en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios: no
prevalezca contra ti el hombre.”
Lo primero que
llamó mi atención es ver a Asa clamando a Jehová quien es su Dios. Pensando en
esto preguntémonos ¿Es Dios, el creador del universo mi Dios (Jehová su nombre
más usado en el A.T)? O tengo varios otros dioses (la virgen maría, los santos,
el papa, las imágenes, el dinero etc.) La biblia dice muy claro en 1 Timoteo 2:5 que hay “un solo DIOS y un solo mediador
entre Dios y los hombres Jesucristo hombre” (no el divino niño, no el sagrado
corazón, no la santísima intercesora de los hombres, no el sacerdote, NOOOOO),
La Biblia es muy clara: UN SOLO DIOS, UN SOLO MEDIADOR JESUCRISTO HOMBRRE, la
crees o no la crees.
Lo segundo que
me impactó es entender el poder de Dios, que no depende de cuan poderoso es el
hombre, para Dios eso no es problema, Asa lo entendía muy bien y por eso se lo
declaraba en su oración. Aplicándolo a nuestra vida no te preocupes cuan
gigante sea el problema o el enemigo, para Dios eso no es inconveniente.
Lo tercero que
veo es a un rey que pide ayuda, se apoya en Jehová y no en su propia prudencia,
no en sus fuerzas. El ejército que atacaba al pueblo judío le pasaba en número casi al doble, pero el número no importa y es aquí donde fallamos pidiendo ayuda
en lo que consideramos “difícil” y nos creemos capaces en todos los problemas
que pensamos tener la solución, creo que la enseñanza es pedir ayuda siempre,
en lo imposible y también en lo que pensamos posible, por eso la Biblia nos
dice “Fíate de Jehová y no te apoyes en
tu propia prudencia”
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