miércoles, 26 de junio de 2013

MURIENDO PARA DAR VIDA

2 reyes 13: 21 Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies.

En medio de la muerte de Eliseo, un gran profeta de Dios, ocurre algo sorprendente, un milagro que podemos tomar para sacar un cuadro espiritual acerca de la salvación.

Un hombre de Dios como Eliseo muere, un hombre inconverso que también ha muerto cuando tiene contacto con el cuerpo de Eliseo recobra la vida.

Juan 12:24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto. 

La aplicación para el creyente es morir a su carne, morir al pecado, morir a sus placeres, a la comodidad, al egoísmo para que otros que están muertos porque no tienen a Jesús tengan contacto con nosotros, escuchen claramente el evangelio que da vida y se salven, tengan vida eterna.

El desafío es a estar con cristo juntamente crucificados, para que viva Cristo en nosotros y para que el que está muerto sin Cristo tenga ahora vida eterna.

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