jueves, 31 de mayo de 2012

ACTOS DE INMORALIDAD


Levítico es un libro repleto de enseñanza. Si lo leemos con detenimiento y atentamente, Dios nos puede hablar de manera puntual; en sin exagerar muchísimas áreas de nuestra vida. Hoy nos queremos detener un poco en los capítulos 18 al 20.

En el contexto de estos actos de inmoralidad, Dios le pide a Moisés (Vs. 18:3) que diga a los hijos de Israel: No haréis como hacen en la tierra de Egipto. Esta frase llamaba toda nuestra atención. Recordando como Egipto es tipo del mundo el Señor demanda de nosotros sus hijos (aplicación devocional), que no hagamos como hacen en el mundo en cuanto a estos actos de inmoralidad.

Si lees el capítulo 18 notarás como Dios ordena no descubrir la desnudez (estar en intimidad sexual) de: Parienta próxima alguna – Padre – Madre – Mujer de tu padre – Hermana – Nieta – Hermanastra – Tío – Tía – Esposo/a Tío o Tía – Nuera – Cuñada – Mamá e hija – Mujer y hermana – Mujer de tu prójimo – Alguien del mismo sexo – Animales – Otros.

Nótalo bien. Los versículos 17 y 23 dicen que todo esto es maldad y perversión. Va en contra de lo establecido por Dios en Génesis 2 cuando El Señor mismo ordenó que el hombre dejaría a su padre y a su madre y se uniría a su mujer. A nadie màs.

Bien nos pide Dios que no hagamos como hacen en la tierra de Egipto. Vivimos en un mundo podrido a causa del pecado sexual. El hombre se ha salido de manera escandalosa de lo establecido por Dios en un principio. Hoy en día es normal encontrar toda clase de ayuntamiento sexual. Novios y esposos siendo infieles a sus novias y esposas. Novios inmersos (como lo màs normal del mundo porque según ellos todo el mundo lo hace) en la fornicación. Esposos y esposas consumidos por el adulterio.

Jóvenes y adultos corriendo una carrera desenfrenada en busca de satisfacer su apetito sexual sin importar lo que esto les pueda llegar a costar. Relaciones sexuales con lo que sea, con quien sea, cuando sea y sin importar quien sea afectado pasando por alto todos los principios y ordenanzas del Señor.

En el capítulo 19 Dios comienza diciendo: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios. Mis estatutos guardarás y termina afirmando: Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto. Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo Jehová.

No permitas bajo ninguna circunstancia que estos actos de inmoralidad o pecados sexuales terminen destruyendo tu vida, quitando la buena mano de Dios de sobre ti.

Un abrazo y nos vemos mañana,

No hay comentarios: