El domingo pasado en el servicio, estuvimos aprendiendo acerca de la enfermedad, en uno de los puntos tratados aprendimos acerca de la muerte del creyente desde el punto de vista de cómo esta llega para dar una sanación definitiva en el cristiano ya que este tendrá un cuerpo nuevo celestial y no habrá mas dolor en el cielo.
Pensando en esto me encontré con este pasaje, que trata el mismo tema:
Isaías 57:1-2 Perece el justo y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de delante de la aflicción es quitado el justo. Entrará en la paz; descansaran en sus lechos todos los que andan delante de Dios.
Cuando llega la muerte de un ser querido la tendencia natural es la de recordar los momentos vividos, esto nos llena de nostalgia y de lagrimas, pero hay algo que no podemos olvidar, que da ánimo a las personas que rodean a aquel que puso su fe en Jesús, es la certeza de entender que el alma de esta persona entrará en la paz, descansará y la aflicción de este mundo físico será quitada. Que descanso nos dan estas palabras al saber que en un día no muy lejano, todos los que hemos nacido de nuevo en Jesucristo vamos a descansar de este mundo de aflicción, como lo enseña apocalipsis 21 moraremos con Dios, ya no habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor, ya no habrá mas enfermedades, que bendición, que esperanza.
Si embargo esta el otro lado de la moneda, Isaías 57:21 nos dice: No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos. Impío es todo aquel que peca, el mentiroso y también el asesino, no hay paz para aquel que no quiso recibir por medio de la sangre de Cristo el perdón de pecados y la vida eterna. No hay paz para aquel que no se arrepintió de su impiedad y puso su fe en el salvador, no hay descanso para aquel que muere sin tener a Cristo, aquel que muere defendiendo una religión y no una relación personal con Dios, aquel que pensó que por sus obras o por intentar ser bueno se salvaría, aquel que cree que por que asistía a una iglesia tiene la entrada al cielo, aquel que piensa que con el pago de unas misas o unas velas podrá pasar al cielo y sabemos al ver la biblia la verdad de las cosas. Yo me pregunto en cada funeral ¿donde estará realmente el alma de esa persona? Ya que en todos los funerales y entierros se asegura la salvación de esa persona o se pide por el descanso eterno cuando después de muerta la persona ya escogió su fin. ¿Estoy seguro que me voy al cielo? Es una buena pregunta que todo hombre debería hacerse mientras este vivo y es una buena pregunta que todo creyente debería compartir con quien se encuentra a su lado.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Dios no quiere que el hombre se condene sino que todos procedan al arrepentimiento
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