sábado, 14 de abril de 2018

PURIFICACIÓN DE NUESTRAS ALMAS


Tendremos el privilegio de exponer nuevamente la Biblia al Ministerio de Jóvenes, seguimos recorriendo el primer capítulo de I de Pedro, la primera carta de este apóstol dirigida a los cristianos del primer siglo después de Cristo, los expatriados que abandonar sus territorios de origen ante las persecuciones del Imperio Romano y tuvieron que refugiarse en las tierras altas de Asia Menor.

Revisemos el pasaje.

I DE PEDRO 1:17-23
“Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (i), la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, (ii) como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros (iii), y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. (iv) Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, (v) para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. (vi)

En la primera parte del versículo 17, Pedro expone uno de los roles más importantes de Dios, el de Juez, y su característica más hermosa, la imparcialidad.

Génesis 18:25
“Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?

Hebreos 12:22-23
“… sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,”

Hechos de Los Apóstoles 10:34-35
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.”

II de Crónicas 19:7
“Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho.

En la segunda parte del versículo 17, Pedro determina la forma correcta de vivir del creyente durante su paso temporal en la tierra.

Hebreos 13:14
porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.

I de Pedro 2:11-12
“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.”
Proverbios 2:1-5
“Hijo mío, si recibieres mis palabras, (i)
Y mis mandamientos guardares dentro de ti, (ii)
Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; (iii)
Si inclinares tu corazón a la prudencia, (iv)
Si clamares a la inteligencia, (v)
Y a la prudencia dieres tu voz; (vi)
Si como a la plata la buscares, (vii)
Y la escudriñares como a tesoros, (vii)
Entonces entenderás el temor de Jehová,
Y hallarás el conocimiento de Dios.”

En los versículos 18 al 21 y el 23, Pedro da a conocer con certeza la purificación de las almas a través de nuestro Señor y Salvador Jesucristo a través de seis etapas.

El rescate

Mateo 20:28
como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”

I de Timoteo 2:5-6
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.”

El precio

Hechos de Los Apóstoles 20:28
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.”

Romanos 5:8-9
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.”

La razón

Juan 3:16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Efesios 2:4-7
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”

La fe

Juan 11:25-26
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

I de Corintios 15:13-14
Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.”

El Purificador

Juan 6:63
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

Romanos 8:11
“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.”

El renacimiento

Juan 1:12-13
“Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”

I de Juan 5:1
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

Finalmente, en el versículo 22, Pedro Pedro exhorta a amar teniendo en cuenta tres acciones concretas: Amar sin fingimiento, Amar entrañablemente, Amar con corazón puro.

Romanos 12:9-10
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”

I de Tesalonicenses 3:12
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros,”

Jóvenes, cuatro acciones que Pedro exige en nuestra vida:
1.    No hacer acepción de personas.
2.    Caminar por el sendero de la peregrinación en el temor de Dios.
3.    Entender la purificación de nuestras almas.
4.    Poner en práctica las consecuencias derivadas de la purificación de nuestras almas.

Nos vemos a las cinco de la tarde.

. M .

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