Lamentaciones de Jeremías 3:8
“Aun
cuando clamé y di voces, cerró los oídos
a mi oración;.”
El
profeta mayor señala que a pesar de gritar con vigor y esfuerzo y de manera
vehemente a Dios con una voz lastimosa indicando aflicción, Él no oyó su clamor.
Clamar
El Señor espera nuestro clamor mostrando
nuestra dependencia y sumisión a Él.
Éxodo 3:9
“El
clamor, pues, de los hijos de Israel ha
venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios
los oprimen.”
Éxodo 22:23
“Porque si tú llegas a afligirles, y ellos
clamaren a mí, ciertamente oiré yo su
clamor;”
I de Reyes 8:28
“Con todo, tú atenderás a la oración de tu
siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti;”
II de Crónicas 6:19
“Mas tú mirarás a la oración de tu siervo, y a
su ruego, oh Jehová Dios mío, para oír
el clamor y la oración con que tu
siervo ora delante de ti.”
Nehemías 9:9
“Y miraste la aflicción de nuestros padres en
Egipto, y oíste el clamor de ellos en el
Mar Rojo;”
Job 34:28
“Haciendo venir delante de él el clamor del
pobre,
Y que
oiga el clamor de los necesitados.”
Salmos 18:6
“En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi
clamor llegó delante de él, a sus oídos.”
Cuando
Dios no nos escucha
Lamentablemente el pecado interrumpe nuestra
comunión y comunicación con el Señor y cerrará sus oídos a nuestras súplicas.
Salmos 34:15
“Los
ojos de Jehová están sobre los justos,
Y
atentos sus oídos al clamor de ellos.”
Nuestras transgresiones impiden que nuestros
ruegos sean oídos.
Salmos 22:1-2
“Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?
¿Por qué estás
tan lejos de mi salvación, y de las
palabras de mi clamor?
Dios mío, clamo
de día, y no respondes;
Y de noche, y no hay para mí reposo.”
Proverbios 21:13
“El que cierra
su oído al clamor del pobre,
También él
clamará, y no será oído.”
Eclesiastés 9:17
“Las palabras del sabio escuchadas en quietud,
son mejores que el clamor del señor
entre los necios.”
Jeremías 7:16-18
“Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni
me ruegues; porque no te oiré. ¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades
de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la
masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses
ajenos, para provocarme a ira.”
Jeremías 11:14-15
“Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración;
porque yo no oiré en el día que en su aflicción clamen a mí. ¿Qué derecho
tiene mi amada en mi casa, habiendo hecho muchas abominaciones?
¿Crees que los sacrificios y las carnes santificadas de las víctimas pueden
evitarte el castigo? ¿Puedes gloriarte de eso?”
Jóvenes,
como en el caso de Jeremías y el pueblo de Israel viviremos días en que en
medio de nuestras oraciones gritemos lastimosamente a Dios demandando su ayuda
en medio de la aflicción y nuestro clamor no sea oído. Evaluemos nuestro andar
y recapacitemos como está nuestra batalla contra el pecado y si este hace parte
activa de nuestra vida, pidamos limpieza, dejemos de practicar la maldad y el
Señor inclinará su oído a nuestras suplicas hasta que regrese nuestro Rey por
nosotros y nuestras angustias terrenales acaben teniendo siempre presente Apocalipsis
21:4 “Enjugará Dios toda lágrima de
los ojos de ellos; y ya no habrá
muerte, ni habrá más llanto, ni clamor,
ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”
Nos reunimos
más tarde.
2 comentarios:
¡¡¡ Gracias !!!
Clamor justo.
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