viernes, 25 de agosto de 2017

VISTIÉNDONOS de LA LUZ DE CRISTO


El mandamiento de Dios es muy claro: Lo único que debemos deberle a los demás es AMOR, es necesario pagar TODO lo que debemos y tener claro que lo único que estaremos debiendo siempre a los demás es AMOR, amor y más amor.

AL final de la lista de DEBERES CRISTIANOS en los capítulos 12 y 13 de Romanos, Pablo nos recuerda algo MUY importante:.

8No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. 9Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. 11Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. - Romanos 13:8-14

Que lindo sería que cada mañana nos despertáramos no pensando en qué debemos pagar hoy, de donde vamos a sacar la plata, sino en A QUIEN nos falta AMAR, a quien no hemos compartido, a quien no nos hemos acercado para hablarle de CRISTO.

Esa deuda de AMOR la podemos pagar perfectamente, sin angustias, ya que en nuestro corazón reposa el amor de CRISTO y podemos extraer para dar todo lo que necesitemos, sin el temor de que vaya a agotarse.

El AMAR es la única deuda que nunca debemos terminar de pagar… Es una deuda infinita. Nuestra vida debe ser un eterno TESTIMONIO, completamente alejados del PECADO, si no hay pecado, es porque HAY AMOR hacia mi prójimo, y no hay ningún deseo de hacer daño a los demás.

La venida de nuestro Amado Señor está muy cerca, nuestra mente y nuestro corazón debe alejarse más y más de las cosas materiales y enfocarme más en las almas de los hombres. Nuestro testimonio debe ser impecable, debemos saber perdonar y amar para que los demás vean en nosotros la LUZ de Cristo y crean a la predicación del Evangelio. Debemos vestirnos cada vez más del Señor Jesucristo y dejar por completo de proveer para los deseos de la carne.

Muchas, pero muchas cosas BIEN IMPORTANTES para recordar:
  • No deber nada a nadie
  • Nuestra única deuda debe ser AMAR y AMAR más y más
  • Cumplir con la ley de Dios, amando al prójimo.
  • Si realmente amo al prójimo, debo abandonar toda clase de pecado, el cual termina haciendo daño a otros
  • El cumplimiento de los mandamientos, es el AMOR.
  • Ser consciente de la cercanía de la venida del Señor.
  • Desechar las obras de las tinieblas
  • Vestirme con las armas de la luz.
  • Andar honestamente dejando atrás toda clase de pecado: Glotonerías, borracheras, lujurias, lascivias, contiendas, envidias…
  • Parecerme cada vez más al Señor Jesucristo no proveyendo en nada para los deseos de la carne.


Debemos estar VISTIÉNDONOS de la LUZ de CRISTO

1. El AMOR debe brotar de nuestros poros como algo natural. El AMOR al prójimo lo resume todo (Vs 8-9)
2. Es hora de despertarnos, el fin se acerca, vamos a luchar con AMOR por las almas de los hombres  (Vs 10-12)
3. Solamente vestidos del Señor Jesucristo, la labor evangelística tendrá buenos frutos… Así que, a ser IRREPRENSIBLES (Vs 13-14)

Dios nos ha recordado hoy algo BIEN importante: El AMOR al prójimo y la SANTIFICACIÓN permanente, es un llamado de un Dios cuya naturaleza es AMOR y por eso nos insiste tanto en AMAR a los demás, reflejando la LUZ de Cristo a fin de que la predicación del Evangelio sea más efectiva.

Llama mucho la atención ver como Dios me muestra que la MAYOR deuda que tengo es el AMAR a los demás. Entender que si AMO a los demás debo deshacerme de toda manifestación de pecado a fin de que pueda reflejar la LUZ de Cristo para que así la gente crea a la predicación del Evangelio.

Jovencitos, los invito a VIVIR este hermoso pasaje de la Escritura, practicando permanentemente ese AMOR hacia el prójimo, pensando y orando siempre antes que nada por la SALVACIÓN de aquellos que aún no conocen de Cristo; esforzándonos al MÁXIMO para que nuestra vida sea un fiel REFLEJO de la LUZ de Cristo a fin de que la gente CREA y sea salva por la predicación del Evangelio respaldada por un testimonio claro.

Nos vemos el fin de semana, si Dios lo permite,


Fabio

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