viernes, 16 de junio de 2017

NO TODOS ESTÁN DISPUESTOS

Dios nos recuerda hoy el famoso pasaje de los verdaderos invitados a las bodas en el libro de Mateo. Vale la pena que meditemos en él…

5Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; 6y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. 7Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad. 8Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. 9Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. 10Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.11Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 12Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. 13Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.14Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. - Mateo 22:5-14

Dios nos muestra claramente que nuestro deber es predicar el Evangelio a toda criatura, el Señor sabrá a quienes escoge de todo ese pueblo a quien Él nos ha llamado a predicar, y de todos los que escuchen, el Señor escogerá a los que realmente de corazón quieran servir en la Obra.

Jamás olvidemos que ÉL es el Señor de la Mies, a ÉL debemos obedecer y en ÉL debemos descansar y esperar. La Obra es suya y no mía.

Aprendemos de este pasaje de una manera clara que no todos serán dignos de entrar en las bodas del Cordero, no todos podrán estar en la presencia de Dios.

En AQUEL DÍA, muchos estarán ansiosos por estar con ÉL, pero ya no habrá nada que hacer. Dios permanentemente y a través de los siglos ha hecho la gentil invitación a abrir la puerta de nuestros corazones para que ÉL entre y seamos dignos de cenar con ÉL.

Lamentablemente el mundo no ha querido y en aquel día solo quedará una horrible expectación al saber que van a lo profundo de las tinieblas, a llorar y  crujir los dientes, porque no habrá nada que hacer.

Varias cosas para recordar y meditar, y más ahora cuando vemos tan cerca la venida del Señor: 
  • Tener claro que la Obra la hace Dios y no nosotros.
  • Predicar el Evangelio a TODA criatura
  • Esperar que sea el Señor el que escoja a los suyos.
  • Entender que al que no entienda solo le queda un lloro y sufrimiento eterno en los infiernos… (Sal 49:6-14)
  • Habla y no calles… No esperes más…


Recordemos siempre que No todos están dispuestos

1. Muy pocos de los que oyen atienden al llamado de Dios, ¡Pobrecitos! (Vs 5-7)
2. Nuestro deber es seguir pregonando la invitación, es el Señor quien los elige, ¡Bienaventurados! (Vs 8-12)
3. El Señor no recibirá a quien no fuere invitado, a los intrusos que van con malas intenciones, ¡Hipócritas! (Vs 13-14)

Por favor, no nos prestemos al juego engañador del enemigo, el cielo es solamente para los REVESTIDOS de CRISTO. Para los ESCOGIDOS por ÉL. Tenemos un Dios de SEGUNDAS OPORTUNIDADES que da a cada ser humano la posibilidad de escuchar aún muchas veces el Evangelio y le da el LIBRE albedrío de aceptarlo o rechazarlo.

Impacta ver la forma como Dios identifica a las personas salvas. Deducimos claramente que no puede haber COLADOS en el cielo. A Dios no podemos engañarlo.

Apliquemos esta sencilla pero profunda enseñanza quitándonos de encima la carga de que todos los que escuchen deban ser salvos. La Obra es de Dios, la SALVACIÓN es de Dios. Nuestros papel es obedecerle a Dios, predicando el Evangelio con total claridad y transparencia, dejando en las manos de Dios la decisión de quiénes si y quiénes no habrán de ser SALVOS, de quienes sí y quienes no van a SERVIRLE con un corazón sincero

Fabio


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si señor, ASÍ ES. Gracias

Anónimo dijo...

:( :( :(