Como creyentes
auténticos no debemos jamás envidiar la prosperidad del impío. Es lo que Dios
nos quiere recordar en el libro de Salmos. Veamos.
16
Mejor es lo poco del justo, Que
las riquezas de muchos pecadores. 17 Porque los brazos de los impíos
serán quebrados; Mas el que sostiene a
los justos es Jehová. 18 Conoce Jehová los días de los perfectos,
Y la heredad de ellos será para siempre. 19 No serán avergonzados
en el mal tiempo, Y en los días de hambre serán saciados. 20
Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Jehová como la grasa de los
carneros Serán consumidos; se disiparán como el humo. 21 El impío toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da. 22 Porque los
benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos. -
Salmo 37:16-22
Dios es nuestra
fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, nuestro amigo y
consejero, siempre está ahí, en el momento oportuno, dándonos esa voz de
aliento, como en el día de hoy.
Hoy el Señor nos
invita a no envidiar a los ricos pecadores, a guardar silencio ante ÉL y a
ESPERAR EN ÉL. Debemos entender que Dios vigila cada uno de nuestros pasos, que
conoce perfectamente las intenciones de nuestro corazón, y es por eso que no
necesita que le recordemos lo que somos o hacemos, Él quiere que le elevamos
nuestras plegarias, que nos portamos bien, y si así lo hacemos, ÉL responderá a
su tiempo.
Dios no quiere que
para nada sintamos algo en nuestras vidas que nos altere por el progreso
económico o profesional de los impíos, cuando su corazón está lejos de Dios. Antes, debemos sentir lástima
por ellos, pobrecitos, no tienen ni idea de lo que les espera.
Hoy, más que nunca,
Debemos entender que Dios es Dios, ÉL nunca se ha equivocado, nunca miente, sus
promesas son reales. Somos nosotros los que andamos mal, el que vanos de caída
en caída, los que no le obedecemos, los que lo irrespetamos con nuestro pecado.
Es necesario
enderezar sinceramente nuestros pasos para considerarnos realmente justos y
podernos apropiar de las promesas de victoria que Dios nos ofrece. ¡¡¡ Dios mío ayúdanos a conocer esos
pecados que tal vez nos son ocultos y TRANSFORMA por completo nuestras vidas.
!!!
Varias cosas para
practicar:
- No envidiar las riquezas de los pecadores
- Guarda silencio ante Jehová
- Espera en ÉL
- No alterarnos por el “progreso” del hombre que hace maldades
- Callar delante de Dios, esperando a que ÉL responda y que sea ÉL quien trate con quienes lo niegan.
- Entender que DIOS es DIOS y ÉL sabe perfectamente cómo manejar cada situación.
- Esperar en las PROMESAS de Dios enderezando primeramente nuestros pasos.
- Dios nos promete que No seremos avergonzados cuando le obedecemos y así debemos creerlo.
Recordemos
que NO debemos envidiar al pecador:
1. Es mejor pobre y con Dios
que rico y sin Dios (Vs 16-17)
2. Dios nos conoce y nos
responde (Vs 18-19)
3. Dios los conoce y pagará
por su mal (Vs 20)
4. La actitud y la paga del
Justo y del malo (Vs 21-22)
Dios nos ha
recordado claramente que no debemos envidiar la prosperidad del impío, sino ser
irreprensibles, y esperar la respuesta de Dios, en ese Dios que cumple, y que
da a cada uno de acuerdo a su Obediencia, a su integridad, a su vida en
santidad.
Dios siempre nos sorprende y hoy no impacta al ver la forma en que Dios
nos infunde confianza invitándonos a no desesperarnos ni a compararnos con los
impíos. Las promesas que Dios nos hace si llevamos una vida recta y Justa.
La mejor forma de aplicar esta enseñanza, es luchando a brazo partido contra el pecado,
entendiendo que debemos agradarle a Dios en todo, y eso implica SOPESAR cada
una de nuestra palabras, hablando SIEMPRE CON LA VERDAD, al 1000%. Es de
verdad, que NI UNA SOLA mentira, así parezca insignificante, vaya a salir de nuestra
boca. Fuera la Hipocresía.
Fabio
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