viernes, 10 de febrero de 2017

LO QUE MIRA DIOS (En el liderazgo)


Hoy, en vísperas de nuestra reunión del liderazgo, Dios nos quiere recordar en el primer libro de Samuel el resultado de la obediencia y de la fidelidad. Es muy posible que nos engañemos pensando que quienes están en el liderazgo son los que son, pero la realidad puede ser otra, y si estamos equivocados, Dios se encargará de remover a los que no son y poner a los que SI SON. Dios no se va a equivocar y nuestra responsabilidad es ORAR, escucharlo y atender oportunamente a sus decisiones con mucha sabiduría.

1Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey. 2Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido. 3Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere. 4Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? 5El respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio.
6Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. 7Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. 8Entonces llamó Isaí a Abinadab, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha escogido Jehová. 9Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido Jehová. 10E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. 11Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. 12Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. 13Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.- I Samuel 16:1-13

Muchas veces nos engañamos por la apariencia de los hombres, porque no miramos lo más importante, que es su corazón. La recomendación de Dios es muy clara: No debemos mirar a su apariencia, ni a lo grande de su estatura, ya que esas cosas las desecha Dios. ÉL no mira lo que miramos los hombres, ya que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón… Es por eso que nos equivocamos tantas veces y de muchas maneras.       

Cuantas veces pensamos que un hombre porque es muy bien parecido, o muy elocuente, o un hombre exitoso en sus negocios, es un hombre de Dios, pero luego nos desencantamos y nos damos cuenta del error. Igualmente, muchas veces hay hombres que nos parecen insignificantes, tímidos, muy humildes, que tal vez no podrán servirle al Señor,  y luego tenemos que reconocer que estábamos equivocados. Es necesario poner cada decisión sobre el liderazgo en manos de Dios, y que sea Dios el que nos confirme QUIENES deben ser. Dios si conoce los corazones y nunca se va a equivocar. Como seres humanos, nos podemos equivocar y es por eso que jamás deberemos tomar decisiones en la carne y apresuradamente, sino dejar que sea Dios quien nos muestre la decisión más sabia.

Varias cosas para aprender y poner en práctica ya mismo:
  • Entender que Dios es Dios y no se equivoca.
  • Si en el liderazgo hay personas que NO deben estar y Dios decide retirarlas, hay que escuchar su voz.
  • No fijarnos en las apariencias de los hombres, ya que son engañosas y Dios las desecha
  • Hay que mirar a los corazones de las personas
  • No hacer acepción de personas por lo que vemos a primera vista, hay que escudriñar los corazones
  • En la Obra deben estar las personas de corazón puro y no los opulentos y aparentemente destacados.
  • Toda decisión, especialmente sobre el liderazgo debemos dejarla en manos de Dios
  • No tomar decisiones apresuradas basadas en nuestros sentimiento, podemos equivocarnos
  • Analizar muy bien la vida de cada hombre, nadie es insignificante para Dios.

Resumámoslo en tres puntos bien sencillos en cuanto a la selección del liderazgo:

1. La ORDEN viene de Dios (Vs 1-5)
2. No es lo que pensamos los hombres, Nos equivocamos (Vs 6-12ª)
3. Es lo que piensa Dios, ÉL no se equivoca (Vs 12b-13)

Dios nos recuerda hoy que ÉL no mira las apariencias, sino el CORAZÓN. Tenemos un Dios que nos sorprende día a día con sus enseñanzas, y hoy nos muestra la manera de elegir al liderazgo, escudriñando muy bien los corazones y no dejándonos engañar por las apariencias.

Personalmente admiro la forma como el mismo Samuel, un profeta de Dios, podía haberse equivocado mirando las apariencias, el buen parecer, pero Dios le mostró que la persona en quien él menos pensaba, iba a ser su elegido (David)

Debemos aplicar la enseñanza ya mismo, siendo MUY APLOMADOS en la elección de cualquier líder, haciéndolo con mucha oración y análisis, examinando sus vidas, su testimonio, su corazón, su relación con Dios. No dejándome llevar por las emociones y por las apariencias.

Nuestro deber es ORAR para que sea Dios quien ponga en el corazón de nuestros pastores los nombres que Dios haya elegido a fin de que no tengamos más tropiezos.

Fabio


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