sábado, 14 de mayo de 2016

OVEJAS DE DIOS


Continuamos el avance en los Salmos, esta semana Dios me mostró un versículo que nos recuerda nuestra condición como creyentes.

SALMOS 100:3
“Reconoced que Jehová es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.”

Este pasaje nos muestra varias cosas, principalmente nos invita a reconocer la divinidad de nuestro Señor, nos establece claramente que Él es nuestro creador, así como, que somos seres inferiores y no tenemos la capacidad de establecer la vida humana, finalmente nos indica que somos sus súbditos, queremos hacer énfasis en la comparación que hace de nosotros con esos mamíferos rumiantes de tamaño mediano, que poseen lana y carne muy apreciadas a lo largo de la historia.

Hace una semana veíamos que los creyentes son asimilados por Dios con árboles y esta vez lo hace con esos particulares animales.

Nuestro modelo a seguir

La primera de las ovejas es nuestro Señor Jesucristo, Él es llamado el cordero de Dios, un ser manso e inocente que fue sacrificado por nuestros pecados.

Salmos 44:11
“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”

Juan 1:29
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”

Nuestro pastor

Cristo mismo es nuestro pastor, quien nos guarda, guía y apacienta.

Juan 10:11
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”

Hebreos 13:20-21
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”

I de Pedro 2:25
“Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.”

Fuimos ovejas descarriadas

Cuando no conocíamos de Cristo literalmente éramos ovejas sin rumbo, sin pastor y nuestro destino era la condenación eterna.

Jeremías 50:6
Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.”

Ezequiel 34:6
Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.”

Mateo 9:36-38
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.”

Ahora somos ovejas de su redil

Luego de haber escuchado el Evangelio de la Salvación y haber profesado nuestra fe en Jesucristo formamos parte de su rebaño y nuestro destino cambio literalmente del infierno al cielo.

Salmos 79:13
“Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado,
Te alabaremos para siempre;
De generación en generación cantaremos tus alabanzas.”

Juan 10:1-3
“De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.”

Isaías 40:11
“Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.”

Zacarías 9:16
“Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra.”

Lucas 12:32
“No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.”

Jóvenes, fuimos ovejas descarriadas, con un destino realmente trágico y desolador, Dios en su misericordia un día nos miró y nos rescató, ahora formamos parte de su rebaño, tengamos presente ese cambio en nuestra vida y no dejemos de compartir el Evangelio de Cristo a otros que como nosotros no conocen de la esperanza viva y eterna, demos la oportunidad a los inconversos de poder gozar de un presente y un futuro como el descrito en Salmos 23:1-2: “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.”

Hasta esta tarde.

MAC

1 comentario:

Anónimo dijo...

=) Gracias !!!