La vida es corta, ¡punto!
“Los días de nuestra edad son setenta
años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es
molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos.” – Salmo 90:10.
Cómo
jóvenes podemos pensar que nos resta una “eternidad” acá en la tierra, pero que
equivocados estamos. Si Dios nos da vida, dice la Biblia que los días de
nuestra edad son 70 años y en los más robustos 80. En mi caso si nos vamos con
la primera cifra, ya estoy en la mitad de mis días; y esto suponiendo que el
Señor no regrese de acá a 35 años lo cual dudo firmemente.
La vida
se pasa volando. ¿Que hace que celebraba mis 10, 15, 20, 25 y 30 años? Hoy a
puertas de los 35 puedo confirmar que los años se pasan volando.
“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana
iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando
no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es
neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de
lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”
– Santiago 4:13-15.
Analizando
este pasaje debemos considerar algo más. La vida es como neblina. Aparece por
un poco de tiempo y luego se desvanece. Accidentes, enfermedades y otros factores
más pueden llegar a acortar los días de nuestra vida. Hoy estamos, mañana quien
sabe. Es por esto que creo en parte el predicador escribió las siguientes palabras…
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que
vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en
ellos contentamiento;” - Eclesiastés
12:1.
Aprovechemos
la juventud. Amemos al Señor cada día de nuestras vidas, manifestándolo en una
obediencia plena a Él. Sirvámosle con todo nuestro ser, empleemos nuestras
fuerzas las cuales en la juventud son multiplicadas para desgastarnos del todo
por amor a las almas.
Que
Él y solo Él sea la pasión de nuestras vidas desde nuestra juventud, y que el
día que partamos (ya sea arrebatados o por el desgaste de nuestro cuerpo
terrenal) en pocos o en muchos años; seamos hallados fieles delante de aquel
que nos amó.
¡Acordémonos
de nuestro Creador en los días de nuestra Juventud! Y porque no recordar las
consecuencias de no hacerlo…
antes que vengan
los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;
Un
abrazo y nos leemos mañana,
Javier.
No hay comentarios:
Publicar un comentario