Hemos venido
enseñando con base en el libro de Filipenses la importancia que tiene nuestro
testimonio, a fin de que los que no han creído, crean viendo en nosotros el
reflejo de la LUZ de Cristo como verdaderos luminares.
Hoy, quiero que
veamos el consejo de Pablo a Timoteo y a cada uno de nosotros sobre la
importancia de predicar, de testificar, con nuestras propias vidas. Veamos:
11Esto manda y enseña.
12Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en
palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 13Entre tanto que
voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. 14No
descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio. 15Ocúpate en estas cosas;
permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. 16Ten
cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te
salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. - I
Timoteo 4:11-16
Lo que Dios nos ha
ordenado hacer, eso es lo que tenemos que mandar y enseñar. Nadie puede
desechar a un siervo de Dios por su juventud, ya que quien hace la Obra es Dios,
y lo hace, usando a las personas que ÉL escoge, no nosotros.
Nuestra tarea es
CREER, crecer, obedecer y antes que nada dar EJEMPLO, mostrar que realmente
Cristo transforma vidas, por lo tanto debemos cuidar cada una de nuestras
palabras, deben ser palabras de vida, debemos cuidar nuestra conducta, la cual
debe ser intachable.
Es necesario que
cada día evaluemos nuestras vidas a fin de analizar si tendrían derecho a
hablar algo malo de nosotros. Debemos entregar de cada uno de nosotros todo el
amor a Dios y todo el amor al prójimo, reflejado en verdaderos actos de ayuda,
de desinterés, sin fingimientos con absoluto deseo de ayudar al necesitado
tanto física como espiritualmente, empezando por nuestra familia más
cercana.
Es necesario que el
Espíritu de Dios se manifieste en cada instante de nuestras vidas a través del
amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad, la benignidad, la fe, la
mansedumbre y la templanza. Debemos ser hombres de FE, no solamente que la
vivamos, sino que sepamos contagiar de ella a quienes están a nuestro
alrededor.
Finalmente el Señor
nos recuerda aquello con lo que más lucha el ser humano, la PUREZA, es algo que
debe estar siempre presente en nuestras vidas, cuidando las miradas, los
pensamientos, las actitudes, las cuales deben reflejar la presencia de Cristo
en nosotros. NO debemos descuidar ninguna de estas áreas en nuestra vida;
debemos agradarle al Señor en TODO.
Debemos ocuparnos
siempre en aprender para vivir y enseñar a los que Dios ponga en nuestro
camino, usando el don, o los dones que Dios nos haya regalado. Sabemos que no
somos nada especial, pero lo poco o mucho que Dios nos haya dado, debemos
ponerlo al servicio de los demás.
Es mi deber como
creyente OCUPARME permanentemente de estas cosas, a fin de que haya un buen
provecho para todos. Debo cuidarme a mí mismo, debo ser muy celoso con la
doctrina, será la única forma de salir victorioso en la batalla por las almas
de los hombres.
Podríamos resumir esta enseñanza sobre el BUEN TESTIMONIO en tres
ideas principales:
1. Debo predicar primeramente con mi vida
siendo ejemplo en TODO (Vs 11-12)
2. Debo estar creciendo permanentemente a
través de la lectura, la exhortación y la enseñanza, sin descuidar ninguno de
los dones dados (Vs 13-15)
3. Debo cuidarme a mí mismo y ser muy celoso
con la Doctrina, es de mucho cuidado (Vs 16)
Concluyendo, debemos agradecer porque tenemos un Dios de orden que nos
da instrucciones precisas para tener un ministerio exitoso. Él DESTACA hoy, en
este corto pasaje la importancia del buen testimonio
Dios
quiere que lo apliquemos siendo ejemplo en TODO: Palabra, conducta, amor,
espíritu, fe y pureza. Afianzándonos más y más en la Palabra y apoyándonos en
ella para cualquier consejo y cualquier decisión. Aprovechando muy bien lo poco
que tengamos para dar y siendo más cuidadosos de nuestro tiempo, aprovechando
cada instante para edificarnos y edificar a los que Dios haya puesto a nuestro
lado, empezando por la misma familia.
Vive este FIN DE SEMANA de una manera especial
MEDITANDO si vale o no vale la pena hacer lo que Dios te manda.
No encontramos en la Iglesia, nuestro lugar de
bendición para crecer y empezar a brillar.
Fabio
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