jueves, 23 de julio de 2015

DE LA VICTORIA A LA DERROTA

Esta noche un pensamiento corto trayendo a nuestra mente el hecho de que como creyentes no podemos vivir nuestras vidas enfocados en las victorias pasadas. Ejemplo de esto es Jehú, quien reinó sobre Israel durante 28 años.

En 2 Reyes 9 este hombre es ungido por rey sobre Israel por uno de los hijos de los profetas, y es usado por Dios para vengar la sangre de todos los siervos de Jehová de la mano de Jezabel, mujer sanguinaria en extremo.

En medio de esta misión el acaba con la vida de Joram, Ocozías y Jezabel; exterminando por completo a la casa de Acab. En el capítulo 10 de 2 Reyes, vemos en el vs. 4 como los principales de Jezreel, los ancianos y los ayos de Acab; tienen gran temor de él al escuchar sus victorias pasadas y se preguntan: ¿como le podremos resistir?

Seguido a esto, el extermina a todos los profetas de Baal con una estrategia única. Los reúne a todos en el mismo lugar, dentro del templo de Baal; y de una  manera admirable (por la forma como lo planeó), acaba con la vida de todos y cada uno de ellos. Como consecuencia de hacer lo recto y agradable ante los ojos de Dios; Dios mismo le promete que sus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación.

Hasta acá todo va muy bien. Pero en el vs. 31 llega el problema que nadie esperaba. Léelo tu mismo:

"Más Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a Israel"

¿Que sucedió entonces? Dios mismo comenzó a cercenar a Israel quien fue derrotado por Hazael por todas las fronteras.

Volviendo al principio; que entendamos la importancia de permanecer en EL; de no hacer concesiones en nuestra vida; de no pensar que porque durante años hemos andado bien estamos exentos de terminar viviendo vidas derrotadas. 

Jehú, que buen ejemplo en cuanto al peligro que representa para nosotros el bajar la guardia. 

"Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados" - 1 Juan 2:28

Nos leemos mañana,

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias, muy buena la exhortación