lunes, 8 de diciembre de 2014

ANDA DELANTE DE MI Y SE PERFECTO.

Génesis 17:1
“17:1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.

En este pasaje Dios le da un mandamiento a Abram que hoy nos hace a cada uno de nosotros.

Andar delante de Él y ser perfecto.

Andar delante de Dios traerá como resultado una vida que solo El va perfeccionando. Andar delante de Él nunca significa que pares sino que estés en constante movimiento en el proceso de conformarte a la imagen de Jesucristo.

Andar delante de Él es confiar en el respaldo de Dios para cuidarte y al mismo tiempo en la dependencia total de El que se demuestra buscando su consejo día a día en la biblia.

Estuve hace un tiempo con Felipe, mi sobrino de 2 años en un centro comercial, por ningún motivo iba a permitir que el caminara detrás mío en donde no lo pudiera ver, yo necesitaba que el caminara delante mío para poder cuidarlo y aun mi altura me permitía ver cosas que él no veía que podían causarle daño.

Me impacto mucho mas el hecho de que Felipe constantemente me buscaba mientras caminaba como preguntándome si el camino era el correcto y buscando mi aprobación. Una vez notaba que no había ningún gesto diferente en mí, seguía caminando y esto se repetía una y otra vez. Tal vez si Felipe no me buscara y se desentendiera de mi voz a pesar de decirle que hay obstáculos adelante, el seguiría caminando y seguro se caería. Nunca permitiría que a Felipe le pasara algo malo pero si se que esa caída lo va a formar y le va a permitir aprender como parte de la disciplina sin que sufra daño alguno, será necesario.

Dios con nosotros se porta de la misma forma, el quiere que vayamos delante de Él, pero guiados por El, no dejando de escuchar su voz, preguntándole si vamos por el camino correcto o con la capacidad para desviarnos si nos dice que vamos por el camino incorrecto.

La promesa de Dios es que seremos perfectos y es natural si vamos delante de la forma correcta. Ir delante de Dios también nos cuidara de pecar, sentir su presencia nos mantendrá santos.

Salmo 141:2

“141:2 Suba mi oración delante de ti como el incienso,
El don de mis manos como la ofrenda de la tarde.”

Lindo día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bonito... Gracias