Hermanos, esta es la entrada del día de ayer.
Hechos 12:21-24 Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas
reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Y el pueblo aclamaba
gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto
no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos. Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
En esta porción de la Palabra de Dios encontramos a un
hombre llamado Herodes, un rey que tuvo poder, autoridad, dinero, criados,
personas a su cargo, pero que tristemente su vida no glorificó a Dios. Fue un
hombre que ganó todo el mundo, pero perdió su alma. Así como Herodes hay muchos
hombres, alrededor nuestro, que están en eminencia: nuestros jefes, nuestros
gobernantes, nuestros profesores,
rectores, etc, y muchas otras
personas que no conocen de Señor Jesús y no comprenden lo que es glorificar a
Dios.
Este pasaje de la Biblia, se da en un momento en que
la Palabra de Dios está pasando a los gentiles, siendo predicada por los
judíos, como es el caso de Pedro, quien en estos momentos está siendo usado por
Dios en la predicación del evangelio. Dios está usando a Pedro para llevar
fruto y en esta escena aparece Herodes como un hombre que persigue y encarcela
Pedro, matando a algunos como a Jacobo y maltratando a otros siervos del señor.
Nosotros como creyentes, pese a tener a Cristo en el
corazón, puede ser que no estemos glorificando a Dios. La Biblia dice en
Romanos 1:18,21 “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda
impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;…
pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido...”. Una forma de NO glorificar a Dios es detener la verdad por la necedad de nuestro corazón, y
este es el contexto del pasaje y la historia de Herodes quien era estorbo en la
obra de Dios deteniendo la verdad.
Una aplicación para nosotros es que cuando no permitimos
que Dios transforme nuestro carácter estamos deteniendo la verdad en nosotros, y
ahí es cuando vamos a tener problemas para glorificar a Dios en nuestro cuerpo y
en nuestro espíritu los cuáles son de Dios (1ª Corintios 6:20).
Tampoco glorificamos a Dios si no predicamos de Jesús,
aquí estamos deteniendo que el evangelio sea conocido de todos los hombres y no
estamos glorificando a Dios, no estamos llevando fruto… Como Herodes esto puede
ocurrir no necesariamente al matar a otra persona, pero si al maltratarla,
perseguirla o hacerle daño con nuestros actos, con nuestras palabras o con nuestra
omisión de predicarle de Jesús.
En Juan 15:8, la Palabra de Dios dice que Dios es
glorificado cuando llevamos fruto para él.
Hermanos, el día de hoy quiero que meditemos en cómo
estamos glorificando a Dios con nuestro carácter y con la predicación de la
Palabra de Dios… ¿Estamos siendo estorbo a Dios para que su Palabra corra en
nuestras vidas y las vidas de otras personas? Para Herodes fue la muerte
literal el hecho de no glorificar a Dios y es el destino de toda persona que no
tiene a Cristo en su corazón, nunca lo va a poder glorificar en vida y su vida
se perderá…
En nuestro caso, si tenemos a Cristo en el corazón, pese
a que ya somos salvos… ¿estamos glorificando a Dios en nuestros cuerpos los
cuales son de Dios? ¿estamos llevando fruto del carácter y fruto de almas?
Yo te invito a que hagas un alto en el camino y
examines tu vida, en mi caso lo he tenido que hacer, para permitiré que Dios
haga cambios grandes en mi vida y me use para llevarle fruto que permanezca.
Que tengas un día lleno del Señor!
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