miércoles, 20 de octubre de 2010

DAVID Y JONATÁN - UN AMOR ENTRAÑABLE


25¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla! ¡Jonatán, muerto en tus alturas! 26Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, Que me fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor Que el amor de las mujeres. 27¡Cómo han caído los valientes, Han perecido las armas de guerra.” – 2 Samuel 1:25-27.

Recordando un poco los hechos que cerraron el primer libro de Samuel podemos traer a nuestra memoria la muerte del rey Saúl y de su hijo Jonatán.

Saúl se caracterizó durante gran parte de su vida por la oposición hecha de manera frontal a su siervo David. Día tras día, este hombre perverso estuvo buscando maneras para lograr acabar con la vida de aquel David que hasta el momento de su muerte (la de Saúl) y después de ella; le respetó como su rey.

Por otra parte tenemos al joven Jonatán. Un hombre con una personalidad totalmente opuesta a la de su padre Saúl. Jonatán tuvo una de esas amistades con David difíciles de encontrar en nuestra sociedad actual. Tanto el uno como el otro estaban dispuestos a dar su vida (literalmente hablando) con tal de preservar la vida del otro, a quien amaban entrañablemente.

Una vez David se entera de la muerte de Saúl y Jonatán, es cuando el pronuncia las palabras escritas en el versículo arriba descrito.

Ruego a Dios que nos regale a nosotros amistades de esta clase. Basta con leer las siguientes frases para darnos cuentas del amor que David sentía por su amigo Jonatán.


¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla! – Jonatán era su héroe. Lo llama valiente en medio de la batalla.

Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán – A David le dolió la muerte de su amigo a tal punto de sentirse lleno de angustia en su interior. No solo era su amigo; David lo llama hermano mio. Casi puedo ver la expresión del rostro de David pronunciando estas palabras.

Que me fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor Que el amor de las mujeres. – ¡Que expresión! Jonatán fue dulce y tierno para el joven David. David (sin ser homosexual), se maravillaba más del amor de Jonatán que del amor de las mismas mujeres. ¡Cuánto se amaban!

Señor, regálanos amigos de esta talla y a la vez ayúdanos a convertirnos en uno de ellos.


Nos vemos mañana,

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