miércoles, 3 de febrero de 2010

26 GUARDIAS BIEN ARMADOS


Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad de orar por alguien pero has decidido ponerlo en tu lista de "cosas por hacer" y te has dicho: "Oraré mas tarde". O te ha llamado alguien alguna vez y te ha dicho "Necesito que ores por mí, tengo esta necesidad". Lee la siguiente historia que me fue enviada hace poco, la cual podría cambiar tu forma de pensar con respecto a las oraciones y la forma de orar.

Un misionero en vacaciones contó la siguiente historia cuando visitaba su Iglesia local en Michigan, EU.: " Mientras servía como misionero en un pequeño hospital en el área rural de África, cada dos semanas viajaba a la ciudad en bicicleta para comprar provisiones y medicamentos.

El viaje era de dos días y debería de atravesar la jungla. Debido a lo largo del viaje, debía de acampar en el punto medio, pasar la noche y reanudar mi viaje temprano al siguiente día. En uno de estos viajes, llegue a la ciudad donde planeaba retirar dinero del banco, comprar las medicinas y los víveres y reanudar mi viaje de dos días de regreso al hospital.

Cuando llegué a la ciudad, observé a dos hombres peleando, uno de los cuales estaba bastante herido. Le curé sus heridas y al mismo tiempo le hablé de Nuestro Señor Jesucristo. Después de esto, reanude mi viaje de regreso al hospital. Esa noche acampé en el punto medio y a la mañana siguiente reanude mi viaje y llegué al hospital sin ningún incidente.

Dos semanas más tarde repetí mi viaje. Cuando llegué a la ciudad, se me acerco el hombre al cual yo había atendido en mi viaje anterior y me dijo que la vez pasada, cuando lo curaba, el se dio cuenta que yo traía dinero y medicinas. Él agregó: " Unos amigos y yo te seguimos en tu viaje mientras te adentrabas en la jungla, pues sabíamos que habrías de acampar. Planeábamos matarte y tomar tu dinero y medicinas. Pero en el momento que nos acercamos a tu campamento, pudimos ver que estabas protegido por 26 guardias bien armados".

Ante esto no pude mas que reír a carcajadas, y le aseguré que yo siempre viajaba solo. El hombre insistió y agrego: "No señor, yo no fui la única persona que vio a los guardias armados, todos mis amigos también los vieron, y no solo eso sino que entre todos los contamos".

En ese momento, uno de los hombres en la Iglesia se puso de pie, interrumpió al misionero y le pidió que por favor le dijera la fecha exacta cuando sucedió ese hecho. El misionero les dijo la fecha y el mismo hombre le dijo la siguiente historia. "En la noche de tu incidente en África, era de mañana en esta parte del mundo, y yo me encontraba con unos amigos preparándome para jugar golf. Estábamos a punto de comenzar, cuando sentí una imperiosa necesidad de orar por ti, de hecho, el llamado que el Señor hacía era tan fuerte, que les llamé a algunas personas de nuestra congregación que se reunieran conmigo en este santuario lo más pronto posible."

Entonces, dirigiéndose a la congregación le dijo: "todos los hombres que vinieron en esa ocasión a orar, ¿podrían por favor ponerse de pie?" Todos los hombres que habían acudido a orar por él se pusieron de pie, el misionero no estaba tan preocupado por saber quienes eran ellos, mas bien se dedico a contarlos a todos… en total 26 hombres.

Nos Vemos Mañana,

4 comentarios:

Ministerio de Jovenes LBDBUC dijo...

tremenda historia, gracias, el poder de la oración

diegorc

Anónimo dijo...

que bueno hacer realidad estas historias en nuestro ministerio... a los jóvenes que nunca asisten a nuestra oración congregacional, les animo!!! Las respuestas de Dios son reales y la oración se vuelve real en nuestras vidas y las vidas de otros, cuando formamos parte de ella...Abrazos, Alexis Garrido

Anónimo dijo...

Hace unas semanas sentí en carne propia esos guardianes de Dios y no me di cuenta hasta que desaparecieron. Mientras iba caminando con mi novio por una calle oscura, no sabíamos cuál era el camino pero debíamos caminar para encontrarlo así que decidimos seguir una familia que apareció de un momento a otro delante de nosotros. La seguimos sin saber hasta donde ellos llegarían y con la esperanza de que pudiésemos encontrar una estación de bus cerca y así fue. Pero cuando nos adelantamos para llegar y volteamos para ver de nuevo a la familia ya no estaba.

Nos miramos consternados y buscamos por toda la calle, lo único y primero que pensé fue en Dios, mi corazón se me quería salir y hasta el día de hoy aún me impresiona recordarlo. Sabemos que Dios nos cuida, sabemos que Él tiene sus ojos puestos en nosotros pero aún cuando creamos que estamos lejos de Él, Él nos cuida y hace lo que tenga que hacer por nosotros...

También, cuando terminé de leer recordé un video que vi de nuevo hace un par de días, sé que la mayoría ya lo han visto; la primera vez que lo vi me impresionó pero ahora que lo volví a ver me partió en dos.

Dios realmente nos cuida y pelea todo el tiempo por nosotros.

Gracias por sus oraciones a tiempo y fuera de tiempo.

Gracias Beita!

Anónimo dijo...

Este es el video:

http://www.youtube.com/watch?v=YykiCagiMbo

Hasta pronto!