Según vemos en este corto pasaje de
Eclesiastés podemos asegurar y confiar en que A DIOS no se le ESCAPA NADA
9Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu
adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos;
pero sabe, que sobre todas estas
cosas te juzgará Dios. 10Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu
carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. - Ecl 11:9-10
Recordemos que Dios
nos ha dado el libre albedrío y es por eso que no nos obliga a nada, podemos
hacer lo que queramos, complacer nuestra carne, andar en nuestros caminos, oír
a la perversa voz de nuestro corazón, PERO, a Dios tendremos que rendirle
cuentas, ya que ÉL todo lo ve, TODO, absolutamente todo y nos tomará cuentas
por cada cosa, pequeña o grande, buena o mala
que hayamos hecho.
Dios nos recuerda
hoy algo con lo cual LUCHAMOS mucho los santandereanos, el ENOJO. Dios nos pide
que QUITEMOS el enojo de nuestro corazón y que apartemos nuestra carne el MAL,
que nos olvidemos por completo de la vanidad.
Algunas
RECOMENDACIONES muy valiosas :
- Entender que DIOS TODO LO VE,… Y que el DEMANDA de cada uno de nosotros SANTIDAD, HUMILDAD, PUREZA
- Todo lo que hagamos no puede ser gobernado por nuestra carne
- No podemos confiar en nuestro perverso corazón
- No debemos andar por nuestros caminos
- No debemos complacer a nuestros ojos con el pecado
- El Señor TODO LO VE y va a juzgar cada cosa que hayamos hecho y que a ÉL no le agrade.
- Quitar de mi corazón el enojo
- Apartarme por completo del mal
- Dejar a un lado el orgullo y la vanidad
Dios TODO lo VE
1. Debemos ignorar el libre albedrío,
Dios TODO lo ve, y a ÉL tendremos que rendirle cuentas (Vs 9)
2. Debemos desechar el enojo
y el orgullo, padres de todos los males (Vs 10)
Dios nos
recuerda con mucha sabiduría que ÉL todo lo ve, debemos luchar por nuestra
santificación porque es un consejo que viene de un Dios SANTO que espera
completa santidad en cada uno de nosotros y nos advierte acerca de las
consecuencias del pecado
Particularmente, llama mi atención la forma como Dios me recuerda que ÉL
todo lo ve y que no es posible engañarlo de ninguna manera. Todo parte del
enojo. Entender que tal vez estoy pagando las consecuencias de todas las
locuras de mi juventud.
Vamos a aplicarlo, observando nuestras vidas muy detenidamente y alejando por
completo el ENOJO que es al parecer la causa de todos los males. Quitando de nosotros
la vanidad y el orgullo y toda prevención contra los demás.
Fabio
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