sábado, 23 de junio de 2018

¿ABUNDANCIA PARA BIEN O PARA MAL?

Vamos viajando día a día por el libro de Oseas leamos este par de versículos.

Oseas 10:1-2
“Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron sus ídolos. Está dividido su corazón. Ahora serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos.”

Dios nos habla sobre la abundancia de Israel, y como esa prosperidad, riqueza y bienestar se tradujo en maldad.

La abundancia de Israel

Dios compara a Israel con un vasto terreno plantado de muchas vides que producían uvas a gran escala.

La abundancia de Israel derivó en maldad

Dios nos enseña que esa abundancia no resultó en buenas acciones conforme a su voluntad, por el contrario, Israel fue egoísta y concretó una relación directa entre bienestar e idolatría, el culto al mal ascendió de una manera desproporcionada.

El juicio de Dios en contra de la idolatría de Israel

Dios sentencia la culpabilidad de Israel y ordena la demolición de los altares y la destrucción de los ídolos instituidos con el producto de la abundancia.

El peligro del confort

Deuteronomio 8:11-14:
Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;”

Establece claramente que los bienes materiales mal administrados pueden llevarnos a dejar de retener en la mente y el corazón a nuestro creador.

No nos jactemos de la abundancia

Deuteronomio 8:17:
“… y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.”

Existe la posibilidad de gozar de la comodidad y prosperidad proveniente de Dios, negando su majestad.

Reconozcamos siempre de donde proviene la abundancia

Deuteronomio 8:17:
“Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.”

La capacidad de generar riqueza de los israelitas y la nuestra proviene de Jehová, démosle un buen uso a ella.

Jóvenes, el bienestar económico puede derivar en idolatría. Aprendamos del caso de Israel y usemos nuestros recursos para la obra. Adelantémonos al juicio de Dios y demolamos los altares y destruyamos los ídolos que hayamos levantado en nuestras vidas y se interpongan entre Dios y nosotros.

Qué tengan una buena semana.

. M .

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