sábado, 17 de febrero de 2018

CONOCIENDO AL ENEMIGO I


Llegamos al capítulo 28 del libro de Ezequiel, parte de la Biblia que nos brinda información precisa sobre Satanás. Vamos a dividir esa porción de las Escrituras en tres partes. Hoy comenzaremos con la primera.

Ezequiel 28:1-5
“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios; he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto. Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros. Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.”

Ezequiel nos muestra en el príncipe de Tiro un cuadro de Satanás. Dios tiene un trono celestial y este quiso usurparlo desde lo más profundo de su ser.

Isaías 14:13-14
“Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.”

Da fe de la ambición de este ser, quien transformó su corazón y usó sus dones para beneficio personal.

Miremos algunas de sus características:

·         Dijo ser un dios.
·         Quiere sentarse en el trono de Dios en medio de los mares.
·         Puso su corazón como corazón de Dios.
·         Sabio.
·         Conoce lo secreto.
·         Con su sabiduría y prudencia acumuló riquezas.
·         Realizó contrataciones.
·         A causa de sus riquezas se enalteció su corazón.

Jóvenes, algunas aplicaciones prácticas después de estudiar estos versículos: (i) conozcamos al enemigo, (ii) entendamos que el corazón puede cambiar para mal, (iii) aprendamos a manejar las riquezas y relacionarnos con el dinero de una manera bíblica.

Saludos,


. M .

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