Comenzamos
el libro de Ezequiel, cuyo nombre significa “Dios fortalece”, obra que se
estructura en tres grandes secciones así: la primera, correspondiente a los
capítulos 1 al 3, que nos habla de la preparación y el llamamiento de Ezequiel;
la segunda, correspondiente a los capítulos 4 al 32, que describe la apostasía
de Judá; y la tercera, correspondiente a los capítulos 33 al 48, que predice lo
porvenir.
Leamos
el versículo de esta entrada correspondiente a esta semana.
Ezequiel 1:1
“Aconteció
en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo
en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.”
El pueblo de Dios se encontraba privado de la
libertad en tierras de Babilonia, bajo el imperio de Nabucodonosor. El Señor se
comunicó con Ezequiel, un sacerdote que ejercía su ministerio en medio de la
cautividad, y le mostró su Palabra.
Aquí podemos ver a Dios revelando su visión a Ezequiel
y a su pueblo. Ello pasa en la actualidad en medio de la Iglesia, nuestro
creador nos habla mediante la Biblia, al abrir ese libro tenemos acceso a los cielos
abiertos, a las enseñanzas y el futuro.
Job 42:5
“De oídas te había oído;
Mas ahora
mis ojos te ven.”
Tengamos siempre presente ese privilegio.
Mateo 5:8
“Bienaventurados
los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”
Una promesa para Israel que pronto será una
realidad y que hoy como Iglesia podemos vivir.
Juan 14:19
“Todavía un
poco, y el mundo no me verá más; pero
vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.”
Mientras Jesús regresa esa posibilidad de
visión se mantiene viva en los creyentes.
Juan 16:13-15
“Pero cuando
venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no
hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
El me glorificará; porque tomará de lo
mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije
que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
Esa visión es la demostración del Espíritu
Santo operando en nosotros.
Hebreos 11:24-27
“Por la fe Moisés,
hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el
pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo
por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios;
porque tenía puesta la mirada en el
galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.”
Vivamos el ejemplo de Moisés que liberó a si
pueblo con los ojos puestos en Dios.
Jóvenes, entendamos el privilegio del que
gozamos una vez profesamos nuestra fe en Jesucristo. Hoy en medio de nuestras
imperfecciones tenemos la Palabra de Dios, podemos entender sus revelaciones y el
futuro. No dejemos de leer la Biblia, acudamos a las enseñanzas de los sábados,
las predicas dominicales y participemos del corazón de la Iglesia, el
discipulado.
Abrazos
cordiales a todos.
. M .
No hay comentarios:
Publicar un comentario