Avanzando
en el libro de Jeremías llegamos al siguiente versículo.
Jeremías 16:17
“Porque
mis ojos están sobre todos sus caminos,
los cuales no se me ocultaron, ni su maldad se esconde de la presencia de mis
ojos.”
Una
porción de la Biblia que nos habla de la visión de Dios sobre la tierra. Los
ojos del Creador sobre los caminos de Israel, la iglesia y la raza humana. Aquí
podemos entender que es imposible esconder nuestra maldad de sus ojos y que Él
con su poder todo lo ve, tanto lo bueno como lo malo.
Adán y
Eva luego de cometer el pecado original quisieron escapar de la mirada de Dios.
Génesis
3:1-6
“Y vio
la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio
también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los
ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de
higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se
paseaba en el huerto, al aire del día; y
el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los
árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde
estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”
Jonás
quiso escapar de la mirada de Dios para evadir su responsabilidad de predicar.
Jonás
1:1-3
“Vino
palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive,
aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante
de mí. Y Jonás se levantó para huir de
la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en
ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.”
Lamentablemente
no podemos escondernos de nuestro Señor y cualquier intento de hacerlo será infructuoso.
Amos
9:2-3
“Aunque
cavasen hasta el Seol, de allá los
tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender. Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré
y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la
serpiente y los morderá.”
Abdías
1:4
“Si te
remontares como águila, y aunque entre
las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová.”
Jóvenes,
así como Adán y Eva, y Jonás, los ojos de Dios están puestos sobre nosotros, no
cometamos la tontería de intentar escondernos de su visión y evadir nuestras
responsabilidades, todo lo contrario, mostrémonos como somos y sin nada que
ocultar.
Saludos
a cada uno de los miembros del ministerio.
MAC
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