domingo, 27 de enero de 2013

DIOS ES MI HEREDAD


“Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad de él comerán.
No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho” Deuteronomio 18:1-2


Hola, esta mañana tuve que hacerme un par de  preguntas luego de leer este versículo en el devocional diario… ¿cuál es mi mayor posesión material? ¿Qué es lo más valioso que tengo?

Estas dos preguntas me ayudan a entender que realmente las posesiones materiales (muchas o pocas) son en realidad temporales y que nada se compara con tener simplemente a Dios como Señor de mi vida.

Los sacerdotes levitas  no recibieron heredad (terrenos), ellos recibieron la bendición de ser los sacerdotes entre el pueblo y su bien era Dios. Aplicándolo a mi vida me hacía reflexionar las muchas veces que no me contento con simplemente recordar que lo tengo todo y que no necesito más, tengo a Dios, tengo a mi heredad, en él hay eternidad, propósito, perdón, amor, esto es suficiente para contentarnos con la vida que nos ha dado nuestro Dios.

Por la gracia de Dios, él suple y bendice y aún más de lo que esperamos. Ya sea que tenga o no por su gracia, mi heredad es Dios.

Apocalipsis 1:6 dice que “nos hizo reyes y sacerdotes”, nos da el privilegio de servirle, de buscarle, de escucharlo, tantos beneficios que nada ni nadie podrá comprar, eso es simplemente indescriptible y maravilloso.

-Un día le hice la gran pregunta a un primo ¿si murieras hoy sabes a dónde iría tu alma?, el me dijo que no sabía y me devolvió la pregunta ¿y tu adónde irías? (palabras parecidas) naturalmente la respuesta fue: “Al cielo” donde está Dios, no lo dude, simplemente le dije que era  lo único de lo que estaba seguro, que no sabía que sería de mi en unos minutos o años, solo estaba seguro de pasar la eternidad con mi creador… Eso no tiene precio. Y todo por amor a un ser imperfecto.

Como Dios nos enseñó en su palabra hoy:Apliquemos el contentamiento” ya que simplemente lo tenemos todo, tenemos a nuestro Dios.

Un abrazo.

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