El último día del año pasado escribí
sobre las cosas malas que quería cambiar o arreglar este año y entre esas
estaba pedir perdón y perdonar de verdad. Las preguntas fundamentales que me
hacía eran:
¿Hay alguna persona en mi vida con
quien estuviera enojado o contra la que tuviera un mal sentimiento?
¿He ofendido a alguien para que con
justa causa estuviere enojado conmigo?
Comencé escribiendo los nombres y la
lista que resultó fue más larga de lo que creía e incluía familiares,
compañeros de trabajo, amigos y hermanos en la fe.
Dios en Mateo 18:15-22
nos da las instrucciones precisas para solucionar estas situaciones en la
iglesia y en el mundo. Inmediatamente comencé a buscar una por una a las
personas con las que me sentía ofendido y les he dicho que ya las perdoné y a
las que he ofendido les estoy pidiendo que me perdonen, para luego tachar sus nombres
de esa lista.
Al leer la palabra encontramos que
debemos estar dispuestos a perdonar y pedir perdón cuantas veces sea necesario.
Dios en su inmenso amor nos perdonó todos nuestros pecados y debemos seguir su
ejemplo.
Te invito ahora mismo a que como yo
hagas esa lista y comiences a pedir perdón y a perdonar, no dejes pasar más
tiempo para restablecer el amor a los hermanos y llevar un buen testimonio en
el mundo y de seguro será una excelente oportunidad de evangelizar a tu ofensor
o a quien hayas ofendido.
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