La situación actual
del mundo en este 2018, me atrevo a decirlo, es tal vez la más difícil de todos
los tiempos, y esto debido a que el mundo entero ha dejado a Dios a un lado, se
ha olvidado de ÉL, el irrespeto por ÉL es indescriptible y vergonzoso. Dios quiere recordarnos en 2 Corintios que nuestra
mira debe estar siempre en las cosas celestiales, ese es el deseo de Dios, en
eso debemos enfocarnos, veamos:
16Por tanto,
no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
17Porque esta
leve tribulación momentánea produce
en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no
se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son
eternas. 1Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este
tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de
manos, eterna, en los cielos. 2Y por esto también gemimos, deseando
ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3pues
así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con
angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para
que lo mortal sea absorbido por la vida. 5Mas el que nos hizo
para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. - 2 Corintios 4:16-5:5
Es muy cierto que todos
pasamos momentos de dificultad: Salud, recursos, trabajo, enfriamientos,
persecuciones, etc, pero estoy seguro de que Dios permite estas cosas en
nuestras vidas para nuestro bien, para nuestra formación, para enseñarnos algo,
especialmente para mostrarnos su Gracia y su misericordia y también para
moldearnos a la imagen de su Hijo Jesucristo.
Lo que vivimos
nosotros sus hijos, realmente son tribulaciones momentáneas a través de las
cuales Dios se glorificará. Como auténticos creyentes debemos quitar nuestra
mira de las cosas materiales y enfocarnos en las cosas espirituales que son las
que realmente valen porque son eternas.
Vemos que nuestros
cuerpo se deshacen poco a poco, hay quebrantos de salud en muchos de nosotros
que nos atormentan, pero debemos tomarlos de una manera natural, entendiendo
que es el desgaste debido al pecado y a los errores del pasado, y en medio de
ellos, debemos enfocarme en lo eterno, en lo que viene, en nuestra estadía
eterna en los cielos en un cuerpo totalmente renovado, sin angustias, sin
dolores, sin quebrantos.
Nuestra mira debe
estar puesta en la eternidad y en las cosas espirituales, trabajando en bien de
las almas de los hombres y no en estos muy pocos años o meses que nos quedan
sobre esta tierra. Tenemos la GARANTÍA de que podremos disfrutar eternamente de
la presencia de Dios, y esa garantía es el Espíritu Santo morando en
nosotros.
Algunas RECOMENDACIONES bien claras:
- No enfocarnos en las cosas materiales, son pasajeras
- Poner nuestra mira en las cosas celestiales que son las que realmente valen, porque son eternas.
- Entender que donde esté nuestro tesoro, allí estará nuestro corazón.
- No angustiarme por este cuerpo carnal que ya está cumpliendo su ciclo debido al mal trato que le he dado, sino enfocarme en lo eterno
- Aprovechar mi poco tiempo de vida para glorificar a Dios, esperando las recompensas eternas que son las que realmente valen.
Pongamos la mira en las
cosas celestiales
1. Debemos despreocuparnos
por completo de la parte material (aún los dolores) y enfocarnos en la morada
eterna (Celestial) (Vs 16-18)
2. Debo entender que para mí
el morir es ganancia y quitar todo temor de mi vida (Vs 1-3)
3. Debo entender y confiar
que tengo las arras del Espíritu que me dan la confianza de una morada celestial (Vs 4-5)
Dios nos
recuerda hoy nuestro el enfoque en las cosas eternas, y gracias al DIOS que
tenemos, un Dios consolador que nos anima a seguir adelante mirando lo que
realmente vale la pena, las almas de los hombres
Llama la atención en este pasaje el ver la claridad con que Dios nos
muestra día a día de que no debemos preocuparnos por las cosas materiales, y nos
lo recuerda precisamente en los momentos en que más angustia sentimos algunos
por la estrechez de recursos y por los problemas de salud..
Adelante jóvenes, apliquemos esta enseñanza tan
fundamental, dejando todas nuestras
cargas en manos de Dios, despojándonos de toda angustia y dando consuelo y
aliento a las personas que están a nuestro lado primeramente, a nuestra familia
y a nuestros hermanos en la fe.
Fabio